El Frente Nacional en Francia ha emprendido una campaña a favor de instalar Nacimientos en los Ayuntamientos para celebrar la Navidad. Ha presentado una moción en el Consejo Regional de Provenza-Alpes-Costa Azul para solicitar que se autorice a poner belenes en los locales de la región, según señaló Marion Le Pen, asegurando que Consejo de Estado justifica la instalación de belenes si representaban un interés cultural, además de símbolo de culto”, informa Intereconomía.

El grupo argumentó el “arte religioso” es un “un símbolo de la cultura y la identidad de la región”. En su declaración, Marine también pidió que los republicanos a “superaran las divisiones políticas y votaran con ellos la medida por ser de sentido común”.

A principios de diciembre, el Ayuntamiento de Hénin-Beaumont fue condenado por el tribunal de Lille por instalar un pesebre en diciembre de 2015. “No hay evidencia de sea una tradición local existente. No es una exposición de arte y no puede ser considerado una extensión del mercado de Navidad”, señaló el juez. El Consistorio ya anunció su intención de apelar.

Cabe recordar que el pasado año varios alcaldes expresaron públicamente su oposición a la decisión de la Asociación de Alcaldes de Francia (AMF) de prohibir los Nacimientos. El organismo explicó que con esta decisión “sólo querían reafirmar su compromiso colectivo con los valores de la República” e indicó que basándose en el artículo 28 de la ley de laicidad de 1905, que prohíbe “cualquier símbolo religioso o emblema en los lugares públicos” la presencia de los belenes es “incompatible con el laicismo”. “Los funcionarios electos, en particular los alcaldes y sus adjuntos, deben adoptar una conducta personal neutral y secular en el desempeño de sus funciones y abstenerse de mostrar sus creencias religiosas o filosóficas”, aseveró.

Medio centenar de regidores firmaron un manifiesto en el que pedían a la AMF retractarse. “Compartimos el valor de la laicidad en la República, pero nos negamos que se exprese en un sentimiento anti-religioso”. El alcalde de Béziers, Robert Ménard, y que ganó una querella en los tribunales para que se permitiera colocar un nacimiento en su alcaldía, aseveró que su argumento para salir victorioso en el juicio fue recordar que lo que estaba en juego era una tradición nacional francesa y que “Francia tiene una cultura cristiana”. Varios regidores miembros del Frente Nacional protestaron resaltando que no se “podía abandonar todas las tradiciones y cortar las raíces culturales”.