Siria: aviones F-16 de la Fuerza Aérea belga atacaron Alepo pese a la tregua humanitaria
En la ciudad siria de Alepo, entre el 20 y el 22 de octubre se realizó una tregua humanitaria organizada por los militares rusos y sirios para que los civiles y milicianos pudieran abandonar la ciudad. Previamente, las Fuerzas Aéreas de Rusia y de Siria habían suspendido temporalmente los bombardeos sobre la urbe.
Mientras tanto, 6 personas resultaron muertas y cuatro heridas tras un ataque aéreo en la localidad siria de Hassadjek, en la región norte de la provincia de Alepo, efectuado el martes. Datos de radar de los ejércitos de Rusia y Siria confirmaron que el ataque fue llevado a cabo por aviones F-16 de la Fuerza Aérea belga. Pese a que el Ministerio de Exteriores de Rusia presentó pruebas, Bélgica negó su implicación en los hechos.
Este lunes del 17 de octubre comenzó una ofensiva a gran escala con el fin de arrebatar al Estado Islámico la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul. La operación, en la que participan las fuerzas iraquíes y las milicias kurdas, está también apoyada por la coalición internacional liderada por EE.UU.
Puesto que en Alepo (Siria) se está desarrollando una situación similar, pero con la participación de las fuerzas gubernamentales sirias apoyadas por Rusia, expertos llamaron la atención sobre trato diferencial a las ofensivas en ambas urbes por parte de Occidente. “Mientras Washington defiende la ofensiva en Mosul […] a pesar de sostener que los yihadistas utilizan a civiles como escudos humanos en la ciudad, tacha de “barbarie” a la operación antiterrorista en Alepo”, observa Patrick Cockburn, un reconocido periodista británico y columnista del diario ‘The Independent’.
Mientras tanto, esta semana la ciudad iraquí de Daquq también vivió una situación de bajas civiles protagonizada por las fuerzas de la coalición y condenada por Rusia. Este sábado decenas de civiles murieron como consecuencia del ataque aéreo de la coalición lanzado contra un cortejo fúnebre en la zona libre del Estado Islámico. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, “ataques mortíferos” como este “reúnen todos los indicios de los crímenes de guerra” y “se van convirtiendo en una rutina diaria para la coalición internacional”.