Agentes de policía acordonan la zona donde se ha producido una explosión en el centro de Budapest.

La explosión registrada en la noche del sábado en el centro de Budapest fue un ataque premeditado, con una bomba casera y se dirigía contra la Policía, informó hoy a la prensa el capitán general de ese Cuerpo húngaro, Károly Papp.

“Los policías fueron el blanco y por eso este fue un ataque contra toda la Policía”, aseguró Papp, quien agregó que las autoridades iniciaron una investigación por intento de homicidio.

“Querían matar a los policías”, enfatizó el capitán general y añadió que se ofreció una recompensa de 10 millones de forintos (unos 32.000 euros) a quien entregue información útil sobre el autor del atentado.

Los investigadores buscan a un hombre de entre veinte y veinticinco años, que supuestamente colocó el dispositivo explosivo improvisado en el lugar donde estalló poco antes de la medianoche, las cercanías de la plaza Oktogon, una zona de bares frecuentada por lugareños y extranjeros.

La zona fue acordonada por la Policía, que inició en la madrugada las investigaciones con más de un centenar de agentes, y el caso lo lleva la Fiscalía húngara en la vertiente jurídica.

Los dos policías heridos, una mujer de 23 y un hombre de 26 años, están hospitalizados y el estado de ambos es estable.

Por otra parte la Policía también pidió que todos los propietarios de cámaras de seguridad de la zona conserven las grabaciones, para su eventual uso en la investigación.