Higinio de la Fuente Collado.- Estimados senores de Alerta Digital: les escribo estas lineas presa de una mezcla de indignación y desencanto; indignación por la deriva bolivariana que acusa la capital de la nacion desde que la comunista Manuela Carmena maneja el timón del ayuntamiento y desencanto porque, a pesar de ser de derechas, como muchos millones de compatriotas, yo tambien creí durante un tiempo que estos de “PODEMOS” iban a arreglar las cosas de verdad cuando llegaran al poder.

Tras muchos meses en la alcaldía de Madrid los miembros de “PODEMOS” no han cambiado nada a mejor y sí mucho a peor. Las calles están más sucias que antes, los cargos municipales no están cualificados para desempeñar las tareas propias de los puestos que ocupan, los colectivos que provocan desordenes públicos son subvencionados, etc.

La lista de los errores que ha cometido el equipo municipal de Carmena es tan larga que si tenemos en cuenta el poco tiempo que llevan al frente de la gestión de la Villa no puede uno menos que preguntarse si toda esta debacle no sera fruto de la malicia, porque tanta chapuza resulta difícil de atribuir a la simple incompetencia.

Pero todo esto no es nada nuevo, ustedes mejor que nadie están siendo testigos y cronistas de como Madrid se está yendo al garete a ojos vista desde que está en manos de los comunistas. Se vive con más miedo que antes, porque la gente sabe bien que la policía recibe la orden de hacer la vista gorda con un montón de cosas que antes se perseguían y que ya no se persiguen (manteros, inmigración ilegal, tráfico de drogas al menudeo, etc) y por si esto fuera poco no pasa una sola semana sin que el equipo de gobierno apruebe algun nuevo decreto municipal que nos ponga el estómago del revés a las personas normales.

Nunca he sido un mojigato ni un retrógrado, que los chavales se diviertan los fines de semana siempre me ha parecido bien, he tragado incluso con el desfile del “orgullo gay”, pero lo de permitir que una horda heterogenea de invasores extracomunitarios impongan sus costumbres a pie de calle en detrimento de las nuestras de toda la vida es algo que me toca las pelotas especialmente. Cada vez resulta más difícil encontrar en la capital un simple bar en el que comerse un menú de obrero de los que disfrutábamos en otros tiempos, con su cocido de garbanzos y su lenguado a la plancha, todo se ha llenado de tenderetes de “kebabs” y restaurantes africanos, asiáticos, americanos y hasta oceánicos, ya no digo solo que cueste encontrar un restaurante espanol, es que no lo ves de ningun país donde la gente tenga la piel blanca y sea cristiana, esto es, europeo.

Para comerse un bocadillo de calamares hoy tiene uno que andar mas que un cartero, huroneando como un sabueso entre tenderetes exóticos de tierras lejanas regentados por individuos tocados con una larga variedad de turbantes atados de diferentes maneras. Los “manjares” que ofrecen resultarán sin duda suculentos para los compatriotas del fulano que los cocina, pero para los de aquí resultan incomibles, eso cuando su olor no produce arcadas. Se comen ante nosotros los insectos, las ranas, las serpientes y ahora también hasta los perros.

Yo soy más de gatos, pero puedo comprender el sufrimiento que deben soportar los amantes de las adorables mascotas caninas cuando vean a esos asiáticos zampándose a un “Fox Terrier” o a un “Collie” en alguna terraza de la Plaza Mayor.

Ningún periódico de gran tirada ha publicado una palabra todavía, aunque ya han pasado varios dias desde la aprobación de la nueva norma. En la televisión tampoco han dicho nada, deben estar aún cocinando los titulares de ingeniería social con los que van a intentar hacer comulgar a los madrilenos con piedras de molino y que vean normal el consumo de carne de perro en los restaurantes, como ya consiguieron que viesemos normal el aborto o la transexualidad infantil.

Les ruego que den la maxima difusion la noticia, solo se esta hablando de esto en canales privados de Twitter y Facebook y además los usuarios que nos estamos mostrando escandalizados somos expulsados de los “chats” o censurados.

Muchas gracias por estar ahí día a día todos estos años manteniéndonos informados de todo aquello que al poder no le interesa que sepamos.

Un abrazo.