Simulaciones matemáticas apoyan la teoría del “nepotismo socialmente impuesto” para ayudar a parientes lejanos
La selección natural favorece que las personas ayuden a los parientes cercanos por cuenta propia. Así lo han determinado las simulaciones matemáticas realizadas por el antropólogo Doug Jones, de la Universidad de Utah.
La teoría clásica de la selección de parentesco sostiene que “no deberíamos ser terriblemente agradables con los parientes lejanos porque no hay mucha ganancia genética”, explica Jones en un artículo publicado en ‘Plos One’. “Sin embargo, lo que los antropólogos han observado una y otra vez es que una gran cantidad de personas son bastante altruistas hacia los parientes lejanos”, añade.
Jones buscó ampliar la teoría clásica con su concepto de nepotismo socialmente impuesto, lo que él llama una “versión mejorada de la teoría de la selección de parentesco” en su trabajo. El nepotismo socialmente impuesto “depende de la regulación moral de la conducta de acuerdo a las normas socialmente transmitidas”, escribe en el estudio.
Los hallazgos sugieren que “una gran parte de por qué una persona ayuda a su pariente, incluidos los parientes lejanos, no es necesariamente porque le gusten sus parientes sino porque es su deber, su responsabilidad y a otras personas le importa si lo haces”, dice. La teoría básica de la selección de parentesco carece de normas sociales, por lo que “una persona como un individuo decide por su cuenta la cantidad de ayuda que ofrece a alguien sólo por lo mucho que le gusta o no le gusta”, destaca Jones.
“Pero con el nepotismo socialmente impuesto, un individuo ayuda a alguien aún más por las presiones sociales para hacerlo y recompensas sociales de ayudar. Mejora la reputación, algo que se convierte en más ayuda de otras personas”, describe. Este experto señala que el nepotismo socialmente impuesto “puede ayudar a explicar el fenómeno de la reciprocidad generalizada, en la que los miembros de sociedades a pequeña escala basadas en el parentesco comparten alimentos y otros bienes debido a que se supone que deben hacerlo, sin esperar un retorno concreto de los destinatarios”.
LAS RELACIONES FAMILIARES, DISTINTAS EN HUMANOS Y ANIMALES
Esta teoría de la selección de parentesco refleja el hecho de que “los humanos son una especie muy especial debido a lo bien que han creado reglas sociales y las hacen cumplir”, según este experto. Y añade: “Esto significa que las relaciones entre parientes funcionan de forma diferente en los seres humanos que en otras especies”.
Jones realizó simulaciones por ordenador sobre sociedades a pequeña escala con entre decenas y cientos de personas. En cuanto a las naciones grandes y desarrolladas, este investigador explica que en su teoría “sigue siendo importante que las personas sean familiares”. “No funciona con sólo un grupo aleatorio de personas. Y aunque las matemáticas no funcionan para grupos muy grandes del tamaño de las naciones, la simulación puede ser todavía relevante en la medida en la que pensamos de otras personas como nuestros parientes lejanos”, dice Jones.
“Las emociones que se desarrollaron en sociedades a pequeña escala todavía podrían influir en cómo la gente trata a parientes lejanos o a aquellos en los que se piensa como familiares distantes en las sociedades modernas. Eso es especulativo, pero es una posibilidad”, argumenta.
La teoría clásica de selección de parentesco se basa en una famosa fórmula biológica llamada la regla de Hamilton, que se centra en cómo evolucionó el altruismo entre parientes y sostiene que un organismo puede pasar más de sus genes a la siguiente generación a costa de sacrificar algo de su propio bienestar para aumentar la aptitud de un pariente, pero eso es así para los parientes más cercanos y no para parientes lejanos. Es decir, que “una persona debe ayudar a las personas de forma proporcional a la parte de los genes que comparten”, resume Jones.