La Europa que queremos
Querido lector, debes creer en Europa a pesar de lo que te digan los europeístas. La Europa en la que nosotros creemos no es esa Europa de mercachifles ni de burócratas que nos dibujan el escenario de otra Europa radicalmente distinta, la que vive en transición entre la nada y la muerte. La Europa en la que creemos no tuvo nunca que rebasar los límites del Bósforo para sentir que su fuerza inspirativa no proviene ni provino nunca del canto de un muecín. Nuestra Europa reverbera en una columnata griega, en un acueducto romano o en un frontispicio de arquitectura gótica y nunca lo haría en los conciliábulos del Club de Bilderberg ni en las reuniones conspirativas de Estrasburgo. No creemos en esa Europa recauchutada que nos proponen los partidos del sistema. No creemos en esos padres de la Constitución Europea, como Giscard D’Estaing, con todas las características de un perro excepto la lealtad.
Nuestro modelo europeo es otro bien distinto. Europa fue fuerte y extendió su influencia a medio mundo cuando la mayor parte de su ciclópea tarea la realizaron cada uno de sus países y no cuando esos mismos países estuvieron a expensas de lo que decidieran por ellos un puñado de burócratas mancomunados. Los Estados Unidos se hicieron fuertes y poderosos por medio de sus hijos, no pidiendo limosnas ni aguardando ayudas de los canadienses. La revolución belga de 1830 fue hecha por los ciudadanos que, expulsados los extranjeros, construyeron unidos el nuevo reino. La explosión industrial inglesa nació del trabajo y el esfuerzo de cada uno de los ingleses. España se opuso a la anarquía y desbarató los planes para un Estado soviético sin esperar a que se le diera instrucciones desde fuera.
Nuestro viejo continente es hoy un cuerpo débil y achacoso porque se le está privando de su principal nutriente ideológico. Sin ese nutriente ideológico apenas habríamos sido una más entre esas civilizaciones exóticas que se pierden en la inmensidad de la historia sin nada grande que ofrecernos. Esta Europa que se edifica ahora brota de una institución convertida en ‘cementerio político de elefantes’, que irradia normas aprobadas en el seno de los grandes Grupos políticos y no conforme al interés de las naciones de los que forman parte.
Los patriotas europeos no quisieron sumarse a este proyecto suicida que es la Constitución Europea, que introduce el gérmen del debilitamiento moral, de la cesión a otras civilizaciones y de la división de muchas naciones con problemas territoriales tan graves como la nuestra.
No puede existir una Europa fuerte si sus líderes se empeñan en ignorar a qué bases culturales y espirituales pertenece aquella. Por los general, los políticos inducen y se valen del abundante desconocimiento y de la general apatía hacia los asuntos continentales para levantar el nuevo edificio europeo a espaldas del interés o de las preferencias de sus futuros moradores. Ya vemos cómo los partidos tradicionales interpretan las elecciones europeas en clave plebiscitaria interna, como si todo lo demás careciera de importancia y fuese apenas un apunte político menor.
La construcción de una Europa fuerte implicaría necesariamente la supresión de todas las resoluciones constituidas en obstáculos para el desarrollo de nuestras naciones. ¿Qué otra cosa nos trajo el euro sino calamidades y abusos a las economías más sencillas? ¿Qué se pretende con la excarcelación de criminales en nombre del llamado Derecho internacional y en contra del interés de los ciudadanos españoles? ¿Qué se quiere conseguir empujando a millones de africanos a establecerse en nuestros países? ¿Qué hacen los cristianos cabales apostando por ese proyecto delirante de una Europa sin alma? ¿Cómo no entender a todos esos grupos identitarios agrupados contra el engaño de unas instituciones al servicio antes de algunas logias giscardianas que de una Europa al servicio de sus países?
Para políticos pertenecientes a esos lobbys que quieren construir una Europa a contrapelo de la que ha representado siempre, para tipos como Dean Spielmann, nuestra conciencia es solo un instrumento de cambalache, un músculo a atrofiar, una rémora bautizada con el nombre de euroescepticismo. El próximo Parlamento Europeo debe dotarse de suficientes diques morales que eviten, o al menos lo intenten, la introducción de encenegosas normas al servicio del aborto, de la eutanasia, de las economías más pudientes o de los proyectos de mundialización. Los partidos clásicos se dedican a una permanente labor de menoscabo de otra realidad europea diferente a la que ellos conciben. De ahí los ataques lanzados contra los partidos patriotas europeos y de ahí que el nuevo código penal español pretenda blindar al moribundo sistema frente a las únicas ideas que pueden transformar esta cloaca en un río de ilusión y de esperanza para todos.
Europa ha sido, como en la mitología, raptada.
El problema es que los raptores son europeos, renegados, pero europeos.
La solución en mayo 2014 si no recuerdo mal; todas las encuestas vaticinan un voto masivo a los movimientos escépticos y abiertamente anti europeos.
Todo indica que desgraciadamente UPyD junto con los comunistas van a ver incrementada su presencia entre tanto mercader, ergo, más de lo mismo.
Confiemos que España logre al menos un escaño, sólo uno para empezar.
No sobra tiempo, manos a la obra.
La UE es una mierda como un piano. Tiene el objetivo claro de destruir la cristiandad, entiéndase, la civilización, porque sólo hay civilización donde hay cristianismo. De ahí los ataques sistemáticos a lo que representa nuestra religión y el apoyo a los musulmanes.
Nigel Farage: Levantamiento del Euroescepticismo
http://www.youtube.com/watch?v=tJiNHcwszXw
SOLUCIONA
lo que TÜ puedes hacer por TÚ país
Muy bien,desde luego votare a SOLUCIONA lo tengo muy claro.
Aún me acuerdo de aquella frase de González “debemos converger hacia Europa”, ¿para qué?, ¿para esto Sr. González?, qué bien os ha venido a los partidos políticos para seguir chupando del bote y seguir colocando a amigos y familiares.
La UE no ha sido buena para España en muchas cosas, salvo modernización de infraestructuras, facilidades para exportar y para trabajar(porque no queda más remedio) en otros países europeos.
Una España,una Europa y un Mundo en justicia,armonia y paz.
Para ello, es condicion primaria y esencial,el que todas las actuales organizaciones internacionales y mundialistas desaparezcan del mapa;asi como sus promotores judaico sionistas,que llevan ya mas de dos mil años jodiendo a la humanidad.
Una España,en donde los parasitos,fantoches y pretenciosos pretenciosos,es decir,reyezuelos,consejeros aulicos,oligarcas,plutocratas y demas fantoches de falso relumbron y estupidos figurones parasitos,hayan dejado de existir y en donde el conocimiento,robado al pueblo, y su ejercio sea nuevamente recuperado y devuelto a su depositario original,no a la masa informe existente,sino al pueblo llano español,al que se lo robaron.
Leerle es alentador,recuperar España para los Españoles y Europa para los Europeos en general.
Ahora solo somos ganado lanar para bancos y grandes empresas y los políticos sus relaciones publicas encargados de manipularnos y que se cumpla la hoja de ruta,ese camino llevamos y quién crea que es temporal es un iluso.
Excelente artículo. Esperemos que en estas próximas elecciones europeas se alce algún partido patriota español que sepa SOLUCIONAr los probemas que padecemos en España por culpa de una casta política mafiosa, parasitaria y explotadora, que lejos de apoyar a los trabajadores españoles, es servil hasta la náusea con poderes ajenos a nuestra Patria.
ARRIBA ESPAÑA !!