Reflexiones políticamente incorrectas sobre el racismo y la xenofobia en España
Uno de los cambios más dramáticos y más nefastos que ha experimentado España en estas últimas décadas es la progresiva y acelerada caída en un asalvajamiento social que se ha traducido en una explosión de delincuencia y criminalidad, que es actualmente una de las mayores preocupaciones del español de a pie, que ve con estupor y angustia como su día a día se ha convertido en la peligrosa aventura de lidiar con un ejército de criminales llegados de los cuatro puntos cardinales del planeta.
Podríamos decir que el crimen no tiene color ni nacionalidad y refugiarnos en una fingida ignorancia, en un absurdo angelismo, comparable a la política del avestruz, para no ver la evidencia que nos golpea cotidianamente. El rehuir identificar el mal es tanto como privarse de las herramientas para tratarlo en consecuencia y condenarse a sufrirlo a perpetuidad.
No mirar la realidad de frente, negarse a ponerle nombre a las cosas, renunciar a denunciar el mal, equivale a aceptar lo torcido, someterse a la falsedad, rendirse a la injusticia.
A través de sus numerosos altavoces políticos y mediáticos, el sistema nos cuenta historias para no dormir. Pero la realidad habla otro idioma, y la experiencia y el simple sentido común nos indican que no es el mejor camino para solucionar los problemas el desviar la mirada y disimular la realidad con tapujos o subterfugios de toda índole.
Vivimos permanentemente sometidos a un sistema de mentiras y manipulaciones que busca privarnos hasta del derecho de nombrar las cosas por su nombre, paso obligado para poder acometer la solución al daño que generan.
Si nuestro país se ha convertido en un campo de batalla donde se enfrentan, con creciente frecuencia y violencia todo tipo de grupos o bandas de cualquier pelaje y color, si las calles se han transformado en un terreno minado para el hombre común que no puede caminar seguro por su ciudad, si ya ni siquiera podemos estar a salvo en nuestras casas, en definitiva, si la delincuencia y el crimen se han enseñoreado de nuestras vidas, hasta hacerlas en muchos caso invivibles, lo menos que podemos hacer es denunciar esa calamidad y fustigar la iniquidad del ocultamiento y la tergiversación de los que pretenden negar el mal que han propiciado.
Cuanto más arrecia la ola de criminalidad que se ha apoderado de nuestra cotidianeidad, más se empecina este sistema enemigo del pueblo en mentir y falsificar la realidad que padecen los españoles, cuya mansedumbre y capacidad de aguante están llegando a sus límites. Mientras se magnifica hasta el paroxismo el menor incidente que tenga como víctima a un inmigrante a manos de un español, se hace un silencio absoluto ante la inacabable serie de crímenes y delitos que tienen a inmigrantes como protagonistas y a españoles como dianas de esa ferocidad de nuevo cuño que nos ha traído la inmigración de colectivos procedentes de sociedades entregadas a la cultura de la violencia, el abuso y el canibalismo social.
Cuando un español comete una agresión contra un extranjero (sean cuales fueran los motivos o las circunstancias) estamos siempre ante una agresión xenófoba. Si el agredido es asimismo de “color” estamos además ante una agresión racista. Los medios de comunicación a sueldo del sistema se encargarán de subrayarlo en la primera página de sus ediciones del día siguiente para disipar cualquier duda.
Si aceptamos este criterio como válido e infalible para evaluar el carácter xenófobo y/o racista de una agresión; si la ecuación agresor de una raza/nacionalidad + agredido de otra raza/nacionalidad = agresión racista/xenófoba, entonces llegaremos en linea recta a la conclusión lógica y obligada de que las primeras víctimas, las más numerosas y las más frecuentes del racismo y la xenofobia en España somos los propios españoles, quienes somos agredidos, robados, asaltados, asesinados, secuestrados, violados… por extranjeros en un grado, número y frecuencia infinitamente superior al de los extranjeros agredidos por españoles.
Las decenas de miles (tal vez los cientos de miles) de denuncias anuales así lo atestiguan. A menos que esas denuncias sean falsas y respondan a una orquestada campaña fascista de difamación contra los inmigrantes, y a menos que las estadísticas policiales sobre delincuencia y criminalidad extranjeras en España sean una manipulación maquiávelica para estigmatizar a la inmigración.
Y a menos, ¿por qué no? que se trate simplemente de una “sensación de inseguridad”, que seamos víctimas de una especie de paranoía colectiva que nos hace ver aquello que sólo existe en nuestras cabezas por culpa de nuestros miedos y prejuicios. Algunos nos quisieran convencer de ello: que la realidad es la que nos cuenta el telediario y no lo que percibimos con nuestros sentidos.
Cuando sintamos la comezón irrefrenable de escandalizarnos y nos acometa, con no menos vehemencia, el apremiante impulso moral de denunciar el racismo y la xenofobia, no nos olvidemos de la realidad y pongamos en primer lugar, si pretendemos ser creíbles en nuestra condena y nuestra indignación, a las primeras, las más numerosas y más frecuentes víctimas del racismo y la xenofobia en España: los españoles. Sin embargo, nunca el agresor extranjero o de “color” de un español es reo del delito de agresión racista o xenófoba, en ninguna circunstancia.
No se ha dado nunca esta situación, incluso en el caso de que los agresores inmigrantes hubieran confesado el móvil racista antiespañol (caso violaciones Parque del Oeste de Madrid en 2007).
A ese tabú se suma otro que viene a completar el cuadro de la hipocresía del discurso dominante en materia de racismo: sólo hay racismo en incidentes que impliquen un inmigrante o persona de “color” y un español, siendo el español el racista siempre y en cualquier circunstancia.
Pero cuando un extranjero agrede a otro extranjero de distinta nacionalidad o raza a la suya, en ese caso nunca se aplica el famoso criterio que hace de un español una sabandija racista y xenófoba en cuanto le pone la mano encima a un extranjero o a un no blanco, por los motivos que fueran. Cuando un albanés agrede a un ecuatoriano, cuando un marroquí ataca a un chino, cuando un gitano mata a un negro…, se habla invariablemente de reyerta, de altercado, de disputa, a veces de ajuste de cuentas, y poco más. La xenofobia y el racismo parecen ser características propias y exclusivas de algunas categorías nacionales y raciales: por ejemplo los españoles de raza blanca.
*Presidente del Partit Espanyol de Catalunya (PEC)
Perdon si existe alguna omision o palabra con letras invertidas…A veces el movil nos juega malas pasadas…Gracias
Al leer este articulo he cambiado mi opinion sobre el anteproyecto de ley para la seguridad ciudadana…Soy espanola nacida en otro pais porque ESPANOLES emigrarom a el y alli fui concebida con la piel morena y los rasgos caribenos que me han hecho victima de la xenofobia en Espana, pais del que soy ciudadana por derecho y en el que ejerzo como la profesional universitaria que soy…Hasta leer este articulo no me lo habia planteado seriamente, pero tengan por seguro que el proximo acto xenofobo del que sea victima NO ESTARA EXENTO DE MULTA…APRENDAN A ESTABLECER DIFERENCIAS!!!
¿En qué quedamos podemos establecer diferencias o no? ¡aclarate!
Conozco un caso de un policía que un juez le abrió diligencias porque un marroquí que estaba detenido y con muchos antecedentes por robos le dijo al juez que el policía le había dicho moro mierda siendo mentira solo que el detenido quería fumar y le dijo que estaba prohibido, ese día fue terrible para un policía con medallas, muchas felicitaciones y 30 años en el cuerpo mas de la mitad en el país vasco, el marroquí en libertad, el policía con diligencias abiertas por un presunto delito de insultos racistas, y la despedida del tipo cuando abría la puerta… Leer más »
Efectivamente en granada cuando un delito es cometido por españoles el titular, un joven granadino, cuando son extranjeros el titular es un joven, les mande varios correos pero ellos a lo suyo no se porque esconden las fechorías de los inmigrantes leyendo el periódico parece que no hay delincuentes extranjeros todos españoles, todavía estoy esperando la noticia de los dos marroquíes que tiraron al suelo a una mujer de un tirón.
Geard Bellalta para presidente…de la Republica Nacional espanola!
AMEN
Irrebatible,sabias palabras,la pura verdad,….por fin alguien dice las cosas claras,ya era hora,que paren de tildarnos de racistas, ahora si pegas a un negro o a un moro ,eres racista,increible, cuando la mayoria de delitos los cometen ellos,toda esta bazofia que ha venido aqui a delinquir,bravo por el autor, un diez
Gracias, en nombre de Bellalta.
Bellalta escriba cada día mejor. Da envidia.
…escribE…
Excelente articulo. Como queda destacado el único racismo tolerado y aplaudido es aquel se que lanza en contra del hombre blanco occidental, y como claro ejemplo, todo lo descrito del caso español. Y lo más lamentable son toda la panda de cretinos y meapilas que asumen tan gustosos y culpables el discurso dominante.
Suscribo de arriba a abajo lo expuesto por el Sr. Bellalta. Adelante y un afectuoso saludo.
Brillante y cabal como es habitual en el señor Bellalta. Ni le sobra ni le falta una coma al artículo. Pena que sea predicar en el desierto, o casi. El embobamiento poblacional es de tal magnitud que por norma general hasta que no es la propia sangre la que se derrama la gente no espabila.
¿Esta es la democracia de la libertad de expresion? pues la verdad me quedo con mi antigua democracia.
Si por abrir la boca ya me tachan de racista y xenofobo vaya mierda de mierdocracia, valga la redundancia.
bellalta a ver cuando nos financias un local en el vendrell para los patriotas
Coño que lo financie PxC y Armengol
Para alguien debemos ser una molestia importante,pues se toman muy en serio el ponernos contra las cuerdas y que no podamos decir ni mu.
Será por el mismo motivo que nos hizo grandes,nos hacemos muchas preguntas,tenemos iniciativa y no nos dejamos engañar fácilmente.
Alguien necesita gente mansa para sus propósitos.
Se prohibe … ¿donde se garantiza?, a los blancos, los pueblos nativos se les defenestra mientras a los importados por la jeta y con calzador se les ensalza y se les da lo que se ha robado, por no repercutir en quien pagó empeorando incluso su situacion, todo.
¿Racismo? Estoy comenzando a serlo ahora, antes no lo fui jamas, tenia amigos de toda raza, religion e ideologia … ahora no los quiero cerca porque se puede liar y no es por culpa mia.
Un artículo perfecto. Un 10.
Esto lo soluciona el tio de la vara,que esta al caer,en un plis plas.
Totalmente de acuerdo sr Bellalta , ¿pero que soluciones tenemos par que esa clase de genero mal educado se larguen de España? no puedo escribir lo que pienso pero su señoria si saludos cordiales Henrrich Strom Höflichs