GP de Estados Unidos.- Marc Márquez descorcha Laguna Seca
Hay lugares legendarios repartidos por el mundo que son reconocibles con apenas una imagen o una palabra. O una acción. El misticismo del ‘sacacorchos’ de Laguna Seca creció de forma exponencial cuando Rossi se tiró a la arena para impedir la progresión de Casey Stoner en 2008. Este domingo, como si de boxeo se tratase, Marc Márquez retó al poseedor de la hazaña en un cuerpo a cuerpo legendario. En el mismo lugar, cinco años después, Valentino veía cómo la juventud del aspirante era la poseedora de una osadía que llenará páginas de literatura motera. Una acción calcada, por el mismo sitio y con el mismo resultado, lanzaba al líder del Mundial a otro hito sin precedentes: convertirse en el primer novato en ganar en el sinuoso circuito californiano, y aumentar su ventaja al frente del Mundial gracias al quinto puesto de Pedrosa y el sexto de Lorenzo.
El minuto de silencio en la previa en memoria del malogrado Andrea Antonelli, simbólico y doloroso a partes iguales, fue la única tregua en una jornada electrizante. Después Joe Satriani se encargó de dotar de decibelios al himno americano en la antesala del Gran Premio. Mucho antes el ‘warm up’ nos había dado pistas falsas de que no iba a ser algo sencillo para Márquez. Tanto Bradl como Lorenzo rodaron apenas milésimas más lentos que el ’93’. En un circuito tan corto y con tantas vueltas por delante, el presagio era que la carrera sería en grupo, y una vez metidos en la dinámica de adelantarse, conservar ruedas, observar puntos débiles en los rivales y tirar de experiencia, intentar terminar por delante de ellos.
Las posiciones de salida eran claras. Tres Honda y tras ellas, tres Yamaha. Poco duró el ‘statu-quo’ y los pronósticos saltaron por los aires en apenas una recta. Márquez no salió muy bien y Bradl consolidó la ‘pole’, pero tras él quien perseguía era Valentino Rossi. Dos vueltas tardó el ‘cachorro’ de LCR en rodar en tiempos de un minuto y veintiún segundos, unos registros que ‘Il Dottore’ no iba a conseguir tan fácilmente. Márquez, que no había acusado el golpe de su patinazo inicial, se rehacía en el rebufo, y pronto empezó a buscar un hueco para adelantar al italiano.
Fue entonces cuando llegó el momento por el que siempre recordaremos este Gran Premio. Márquez se tiró por fuera en la curva previa al ‘sacacorchos’ para ganar el interior más famoso del Mundial. Rossi se negó a entregarle al novato su último bastión, ése en el que maravilló al mundo relativizando a Stoner. Pero Valentino ya se encamina hacia el pasado, mientras que Marc es presente y futuro. Emuló los vídeos de su ídolo y trazó la misma locura diabólica que ‘Il Dottore’ cinco años atrás. Por donde se acaba el asfalto. En el lugar donde antes había tierra y ahora una rejilla amenazante. Sin sitio, sin agarre, bordeando la legalidad y solo con valor y una capacidad insana para controlar una MotoGP. Por ahí se tiró el piloto español, y por ahí tuvo que ceder Rossi, ya acostumbrado a mirar el colín de aquellos que luchan por las victorias de los Grandes Premios. Una vez más, cuando ‘Vale’ quiso devolverle su osadía al joven de Cervera, éste ya estaba varios metros por delante, a la caza de su otrora rival en Moto2, inalcanzable para los perseguidores.
Pedrosa y Lorenzo, heridos
En el box de HRC todos se echaban las manos a la cabeza y trataban de recuperar la compostura mientras que el artífice estaba de nuevo con el cuchillo de los dientes dispuesto a neutralizar a Bradl. Atrás, las dos ART de De Puniet y Aleix tenían que abandonar. El galo por problemas con su moto y Espargaró, tras una caída sin consecuencias para él. Entre medias, en la lucha por el Mundial, Pedrosa adelantaba a Lorenzo por la quinta posición. Ambos se encuentran remando contra corriente para evitar que Marc se marche en la general y tratarán de recuperarse en el parón de sus problemas físicos, los mismos que les obligaron a correr con dolor en el circuito de Monterrey. El ’26’ salió mejor parado que el actual campeón del mundo, al que adelantó en la curva uno en una acción que habría sido cabecera en el 95% de las carreras.
Delante la historia se seguía escribiendo con los renglones que dicta el más inexperto de todos. Décima a décima llegó a la rueda de Bradl y le adelantó en un interior soberbio para el mundo, rutinario para su talento. 25 puntos y sello al liderazgo al frente del Mundial. Faltaba por saber quiénes le acompañarían en el podio. El germano cerró su mejor actuación con la segunda plaza, mientras que el tercer puesto del cajón se lo jugarían Rossi y Bautista. Al italiano solo le faltaba que, después de hablar mal del talaverano, este le arrebatase el trago de cava. Se agarró a la M1 y resistió con veteranía y cuajo. Desde ahí, el tercer puesto, pudo felicitar al chaval con el que ya comparte una de las páginas más bellas del motociclismo: la mágica curva del ‘sacacorchos’.