Bienaventurados los que sufren
Esto del sufrimiento ya viene de viejo cuando se engendró y se hizo vida en el mismísimo Eden también cuando la dichosa serpiente (en la que nadie pensó ponerle nombre) enamoró con solo una manzana a la sonrojada Eva, desobeciendo así el mandato de Dios. Y, a partir de ese momento, germinó el mal que se dispersó por tribus y ciudades, donde los poderosos comenzaron a amansar a los humildes y a la más fiera de todas las fieras.
Pero, en esta vida nadie escapa al sufrimiento, al agridulce de las lágrimas y a la muerte. En todo esto, sí que existe la igualdad entre los hombres. Esa igualdad tantas veces “predicada”. Sin embargo, mientras ese compás no cierre paréntesis, gran parte de los seres humanos perversifican sus actos en propio beneficio, salpicando con su codicia, usura y malos sentimientos cristianos a humildes que viven en el olvido, la desgracia y miseria. Mal repartido está el mundo. Y, como siempre, si hay que buscar un cabeza de turco para justificar lo injustificable, le echaremos la culpa de tanta maldad a la primera serpiente violadora que engatusó a Eva.
Hay quiénes creen (y yo también) que las serpientes se multiplican sin embarazo. Y, que las mismas se esconden rastreramente en trastiendas de la política, en guaridas de la Economía y, “Paraisos Fiscales”, a cuenta de auténticos desiquilibrios de Estado y Sociales cuyos efectos por el deterioro han de pagar los de siempre: los humildes, los corderos, los que silencian sus gritos en la impotencia; los que reclaman la justicia perdida para seguir sobreviviendo en el nombre de Dios. El hombre está perdiendo su fe en el hombre. Se mira con nostalgia lo que hubo de magnificente en sus brazos y sus manos y se pregunta qué será del sudor vertido y dónde quedó la dignidad.
“Jamás un pedestal quedará erguido en el tiempo como del hombre la usura, la codicia y la injusticia” (Gaspar de Montenegro).
congratulations…………más claro el agua……….