La ‘Armada’ se impone en París: Nadal y Ferrer se verán las caras en la final de Roland Garros
Rafa Nadal y David Ferrer. Dos tenistas con coraje, con garra y con calidad. Dos de esos ejemplos en la pista que tanto se buscan en estos tiempos de crisis. Dos deportistas que propagan por todo el mundo la tan recurrida ‘Marca España’. Dos jugadores que este domingo van a propiciar la cuarta final española en la historia después de un viernes que pasará a los anales de este deporte. Nadal venció al número uno del mundo en un choque excelso; Ferrer llegó a la final sin ceder un set. Es el momento en el que el tenis español mira por encima del hombro al resto del mundo. Nadal y Ferrer reinan en París y en el planeta.
En la primera semifinal, la organización tenía en la Philippe Chatrier el mejor partido posible. Sobre la arcilla de París están dos jugadores que se miden por trigésimo quinta vez. Dos tenistas que se empeñan en escribir renglones y renglones de la historia de este deporte. En juego, la eternidad. Rafa Nadal y Novak Djokovic se admiran y se temen. Ambos completan un partido épico e inolvidable. Un choque con un quinto set que pasará a los anales. En ese acto se junta lo mejor del deporte y del tenis. Dramatismo, épica y alternativas. Es la lucha por la supremacía del tenis mundial, por ser el número uno real. El tiempo se decanta por Nadal: el sol y el día despejado iluminan el rostro del español y su juego.
Así pasa el día en París, con una grada que ve cómo transcurren las horas en una semifinal que viven con la boca abierta. Los éxitos no paran a Rafa. A ‘nuestro’ Rafa. Porque Nadal es de todos. Lo que hace disfrutar, lo que consigue que la afición grite, vibre y sufra, lo convierte en uno más. Su desafío no tiene comparación: su octava final en Roland Garros, lo que no ha conseguido nadie. Hay algo más: 58 triunfos en París por solo una derrota, lo que tampoco ha hecho ningún otro.
En su tierra y su pista parisina como contexto, sigue empeñado en hacerse grande. Esa cabezonería, también llamada talento competitivo, es la que le hace levantarse en el tercer set, cuando peor estaba y, sobre todo, en el quinto. Perdía 4-2 en el acto definitivo. Y levantó la cabeza. Demostró ser un elegido y remontó un duelo memorable. Aunque las cuatro veces que habían jugado en París las había ganado el manacorense, en tierra batida el que mejor sabe buscarle las cosquillas es Djokovic. Conoce a la perfección dónde flojea y las debilidades del balear. Aun así terminó cayendo, como en la final del año pasado. En esta ocasión, por 6-4, 3-6, 6-1, 6-7 y 9-7 en más de cuatro horas y media de duelo. «Estoy feliz de jugar en esta pista. Es probablemente uno de los partidos más emocionantes que he jugado», confiesa al final el ganador.
Sin tregua
El número uno de la ATP sabe que no habrá otra mentalidad como la de su rival y que difícilmente volverá a existir un tenista sobre tierra batida con sus registros. Eso pesa. Al más mínimo error, en cuanto flojea, lo achaca. El choque, eterno y enrevesado, comenzó con mucho respeto de los dos. Ninguno se atrevía a meterle mano al otro. Se medían con recelo. Nadie quería despertar a la otra bestia. Todo eso duró seis juegos. En el séptimo, comenzó el cuerpo a cuerpo. La tensión se imponía a la calidad hasta que Nadal se puso serio. Golpeó duro, al hígado del serbio. Tiró largo, seco, agresivo. Con un intenso juego desde el fondo, el español se hizo con el servicio de su rival y con el set.
El partido se jugaba con paciencia. El público saboreaba el duelo. En la grada, los más vociferantes se decantaban por el serbio. El mejor duelo posible transcurría con pasión. Nadal no bajó el nivel al comienzo del segundo. Ese buen hacer le llevó al 3-2 con ‘break’ incluido. Ahí se deshinchó. O más bien ‘Nole’ resurgió. El serbio empezó a limpiar líneas y a creérselo. Sin nervios, la máquina se conectó. Cuatro juegos seguidos y set iguales.
Quinto set inolvidable
Las mínimas diferencias de las dos primeras mangas se agigantaron en el tercero. De repente, la cara de Nadal transmitía agresividad y el rostro de Djokovic mostraba dudas. El nivel físico del número uno del mundo bajó una barbaridad. Su saque se debilitó y se fue dejando juegos por el camino con demasiada rapidez.
Parecía que el partido se había acabado tras un parcial de 5-0. Nadal estaba dos sets a uno. Sin embargo, el cuarto parcial fue otra historia. El de Manacor era consciente de que estaba ante el número uno del mundo, el único jugador que ha sido capaz de encontrar su talón de Aquiles. Un tenista que no se dejó llevar en la última manga, que peleó hasta el final.
La espectacularidad retornó al duelo. El cuarto acto se convirtió en una montaña rusa. Los dos rompían; los dos sufrían. Tan pronto se ponía por delante uno le adelantaba el otro. Con 5-5, cavó su trinchera y comenzó a disparar. Ajustó sus tiros, que comenzaron a ser más profundos. Sacó para cerrar el set y tuvo 30-15. Pero confirmó que es humano. Nadal falló en ese juego y en la muerte súbita.
Parecía que se había acabado el partido. Sobre todo cuando Djokovic se puso 4-2 a su favor. Sin embargo, ahí fue cuando Nadal se agarró a la pista y luchó lo insufrible. El duelo se alargaba sin que nadie que no fuesen los dos tenistas quisiese que parase. El espectáculo era difícilmente repetible. Pero se acabó, con victoria de Nadal, que confirmó quién es el número uno en Roland Garros.
¿Dónde están los famoses guiñoles de Canal plus Francia?
¿Dónde está su chauvinismo?
¿Dónde ha quedado la grandeza gala?
Vez tras ves le obligamos a volver a poner la mejilla.
¿Cuánto hace que un gabacho no gana el torneo?
¿Cuántas décadas que un francés no viste de amarillo cuando acaba el Tour?
¿Sigue orgulloso le coq, el gallo viendo que los epañoles le cortamos los espolones?
Francia est une grande merde, trop grande merde.
Confiemos que Le Front National ponga educación y cortesía también en el deporte cuando lleguen al poder.
Como se le retorceran las tripas a más de un Jean Chauvin viendo que, sí o sí, el
Roland Garros va a parar a manos tan depreciadas por ellos como las Españolas .
Bien por Nadal que siempre ha llevado a gala su condicion de español, pero ,más quisiera que la marca españa se basara en algo más consistente que las hazañas deportivas como por ejemplo en su industria o desarrollo y no los campeones del paro y politicocorruptos
Agradecería se replantease el autor de esta noticia no volver a emplear el término ‘Marca España’, creado y acuñado por el Felón ‘CazaElefantes’ y su casta parasitaria. ‘Marca España’ representa el reparto por parte de los corruptos de nuestra nación, la venta a sus amigos de esas empresas que levantaron nuestros padres y abuelos con sus impuestos y su esfuerzo. Nadal siempre se ha sentido orgulloso de ser español y representar a España en su profesión por lo que pido respeto a este gran deportista del que me siento orgulloso de sus éxitos. El no es ‘Marca España’, es España… Leer más »
Muchísimas gracias. Ni que decir tiene que ahora el titular va como anillo al dedo a toda la noticia.
Me ha encantado recordar los ‘cañonazos’ de nuestro Nadal, cual galeón español…
Menos mal que no ha salido parecido al S-80