Soraya Azán.- “Y no ves a los palestinos como seres humanos, los ves como animales. Entras a su casa durante la noche, los despiertas, les gritas, las mujeres allí, los hombres allí, y rompes todo. Son cosas que no harías aquí en Israel, pero las haces allí. Y, para poder hacerlo, niegas la realidad. Es la única forma. Creas entre tú y la realidad un muro de silencio”.

“Te pongo otro ejemplo: si encuentras en la noche un paquete sospechoso que puede ser una bomba, llamas al primer mohamed que encuentras en la calle y le dices que lo abra. Podrías llamar a un experto que lo desactivase, tardaría diez minutos en venir, pero mejor hacer que un palestino se juegue la vida, ya que para ti es lo mismo, no lo ves como un ser humano. Yo hacía eso con mis soldados en Hebrón”. “Y también en Nablus, cuando quería entrar a una casa, si pensaba que podía haber una bomba trampa, cogía al mohamed de turno y lo obligaba a que abriera la puerta. Es parte de la rutina del ejército: usar a los palestinos como escudos humanos”.

“Lo mismo cuando estás en un check point, los obligas esperar mucho más de los necesario, a veces durante horas, y coges a un palestino al azar y le das una paliza, de cada quince o veinte que pasan, para que el resto tenga miedo y esté tranquilo. Sólo así, tú que estás con cuatro soldados más los dominas a ellos que son miles”. “Y cuando entras a Gaza con el carro de combate y ves un coche nuevo, aunque tengas espacio en la carretera, pasas por encima. Y también disparas a los tanques de agua. Para meterles miedo, para que te respeten, porque esa es la lógica de lo que nos enseñan a los soldados israelíes”.

“Además, eres joven y empiezas a disfrutar de ese poder, de que la gente haga todo lo que les digas. Es como un video juego. Estás en un check point en medio de la ruta, tienes a veinte coches esperando, y con sólo mover el dedo hacen lo que tú quieras. Juegas con ellos. Los haces avanzar, retroceder. Los vuelves locos. Tienes 18 años y te sientes poderoso”.

“Tres meses antes de abandonar el ejército, dirigía una unidad en Hebrón, había hecho una buena carrera, así que tenía tiempo libre. Una mañana me miré ante el espejo y comprendí que todo aquello era un error y supe que no podría seguir adelante con mi vida si no hacía algo. Por eso, apenas salí, junto a los soldados de mi unidad, montamos una exposición con nuestras fotos, se llamaba Traer Hebrón a Tel Aviv”.

“Cayó como una bomba en la sociedad. Vinieron parlamentarios, periodistas. Pasaron siete mil personas. Entonces creamos Breaking the silence, donde damos espacio para que los soldados cuenten los abusos que cometen sistemáticamente. Más de 350 lo han hecho. Ahora tenemos exposiciones y vídeos en Europa, en Israel”.

“Alguna gente dice que son casos aislados. Las madres dicen: mi hijo, que está ahora en el ejército es bueno, no hace estas cosas, esto sólo lo hacen los soldados beduinos o los etíopes. Pero no es cierto. Todos las hacemos, porque es la lógica de la ocupación israelí: aterrorizar a los palestinos”.

“Los check points no sirven para detener a los palestinos de entrar a Israel, es para que la realidad no entre a Israel. Porque esta es una sociedad de soldados, todos pasamos por el ejército tres años cuando somos jóvenes y luego un mes al año. Y todos hacemos eso. Por eso existe el muro de silencio, de negación, porque todos somos responsables y no lo queremos admitir”.

“Ellos son las víctimas, nosotros los victimarios. Pero como victimarios, también pagamos un precio. Esta es una sociedad que no se anima a mirar a los ojos a la verdad, a sus propios actos. Es una sociedad, como consecuencia, moralmente enferma”.

Testimonio de Yehuda shaul, ex-militar israelí y fundador de la ONG “Breaking the silence”.

Hasta aquí el sincero y espectacular testimonio de un ex-militar israelí. Mucho se ha especulado acerca del conflicto de Oriente Medio, lo cierto, es que hoy, las cosas están clarísimas para la mayoria de las personas que han dedicado interés, tiempo y esfuerzo en investigar sobre la história del Estado de Israel, el conflicto que se ha desencadenado posteriormente, y el papel que juega el Sionismo y los que lo sostienen, en la política internacional. Aquellos que han relegado su labor, como personas civilizadas e inteligentes, de investigar y ser conscientes de lo que acontece a su alrededor, a los medios de comuniación masivos, los cuales, en su inmensa mayoria están financiados por Lobbies pro-Sionistas (especialmente en EEUU), y banqueros privados, hoy tienen una imagen de la realidad, con respecto al conflicto, totalmente distorsionada, manipulada y que les beneficia tan poco a ellos, como a los legítimos dueños de las tierras de Oriente Medio, los palestinos.

La propaganda sionista, en todo Occidente, no ha escatimado recursos mediante películas, medios de información nacionales e internacionales y Think Tanks, en deshumanizar por completo a un pueblo entero, borrar su história, sus derechos y justificar la expoliación sistemática de sus tierras y hogares, sin que nadie haga nada por impedirlo en todo el mundo. Y hay que reconocer, que este potencial propagandístico, les ha servido bien, puesto que 65 años después del inicio del conflicto, en términos generales, la gente de los países occidentales, sigue dudando y estando bastante confusa, con respecto a la gravedad de la situación que están viviendo millones de palestinos, y a los verdaderos motivos políticos, económicos y sociales que hay detrás de la creación y ejecución de la ideología sionista.

Décadas después de la creación del Estado de Israel, cuando la propaganda sionista, empezó, literalmente, a perder “cuota de mercado” a causa de la ocupación de la totalidad de las tierras palestinas, en 1967, la estratégia de propaganda ha cambiado. Antes los palestinos, sencillamente, no existían, no se les nombraba, no se les reconocía, eran simplemente, árabes rabiosos y judeofobos que se negaban a dar lugar al nuevo pequeño Estado de Israel, que no era más que un noble proyecto nacional para albergar y dar un espacio vital vacío (uno de los lemas sionistas de principios del siglo XX fue: “Una tierra sin gente, para una gente sin tierra”), a todos los judíos del mundo, por si eventualmente, otro Hitler se alzaba en el poder y se dedicaba a “exterminarlos”.

Actualmente, la evidencia de que el pueblo palestino existe es innegable, puesto que se han hecho oir mediante grupos de resistencia armada, actos terroristas en Israel y en el mundo (es triste reconocer que hasta que no emplearon la violencia, la ONU, estandarte de los DDHH, y las Democrácias, no escucharon las súplicas de libertad y reivindicación de un pueblo entero), Intifadas y también han conseguido crear think tanks para darse a conocer en Occidente. Por este motivo, hoy en día toda la propaganda sionista está más enfocada en la Islam, que en el pueblo palestino propiamente. Me explico, ante la evidencia de la existencia del pueblo palestino, el Estado de Israel, debe justificar públicamente su ocupación militar en tierras palestinas, y evidentemente, la opinión mundial no aceptaria el motivo real, que no es otro, que ir expropiando poco a poco esos terrenos, e ir reubicando en ellos, colonos judíos para amplicar el territorio sionista.

¿Dónde entra el Islam en toda esta ecuación? El Islam es la religión que profesa la mayoria de los palestinos, por lo tanto, la propaganda va enfocada en hacer creer a la opinión pública mundial, que es necesario ocupar militarmente todos los territorios palestinos, porque esta población a causa de su fe, que les llama al odio y al terror gratuíto, son susceptibles de ser asesinos en potencia en cualquier momento, y que son tan diferentes y aborrecibles, al resto del mundo, que es inviable convivir con ellos pacíficamente, nación al lado de nación. Por lo tanto, el Estado de Israel no tiene más remedio que desplegar todo su ejército para amansar a las hienas salvajes, y sobrevivir en medio del terror del Islam. Por supuesto, ellos se han encargado de explicar lo que es el Islam al resto del mundo, y una vez más, el mundo le ha creído. Esta campaña propagandística también les ha salido estupendamente, las cosas como son. Aunque, a partir de las campañas militares de Israel de 2008 y 2009 en Gaza, han empezado a perder apoyo entre el gran público, puesto que cada vez se evidencia más la naturaleza genocida y malintencionada de las acciones políticas y militares del Estado Sionista.

¿Alguien tiene alguna duda del impacto de la propaganda sionista, sobre la ciudadanía occidental, a la hora de definir qué es el Islam y quiénes son los palestinos?

Bueno, haced la prueba con vosotros/as mismos/as. Coged una hoja en blanco y un lápiz y de forma sincera, escribid las 10 primeras palabras que se os vengan a la mente de forma automática, cuando escucháis, o leéis en alto la palabra “ISLAM”. Posteriormente, analizad, que dan a entender las palabras que habéis escrito sobre este colectivo. Y finalmente, hacéos la pregunta de si el Estado Sionista, podria justificar un despliegue de todo su ejército en tierras palestinas, argumentando su invasión con las palabras que habéis escrito. Es un ejercicio muy simple, y más de uno/a se sorprenderá de hasta que punto es un/a sionista nato/a sin que ello le beneficio en nada, o por lo menos, hasta que nivel se ha dejado influenciar por una propaganda que ha interferido en su modo de ver y juzgar el mundo, y parte de la humanidad, sin darse cuenta. Ese es el poder de la propaganda. Esta gente no se gastaría millones y millones de dólares y euros en Relaciones Públicas, películas y medios, si no supieran que sus técnicas de manipulación de masas, son asombrosamente efectivas.

Del mismo modo, que los palestinos no son libres, tampoco lo somos los que nos dejamos manipular por sus verdugos, que más temprano que tarde, nos quedará a todos clarísimo, que también son los nuestros.

Finalmente, mi reconocimiento más sincero a todos los judíos no sionistas, que están haciendo verdaderos esfuerzos por desenmascarar toda esta red de mentiras y desinformación.