Restos de satélites, fotos, recuerdos, incluso muñecos. Y es que desde este lunes dos naves de la NASA del tamaño de una lavadora pasarán a engrosar la basura espacial de nuestro satélite al estrellarse contra él. Es la forma elegida para terminar con su misión…

Estas dos naves “han estado elaborando un mapa gravitacional de la luna”, ha explicado el colaborador de Cope, Jorge Olcina.

En cuanto a la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), la más antigua de España, que esta madrugada inició la que puede ser su última parada, al quedar desenganchada de la red eléctrica, Olcina ha explicado que los residuos radiactivos “pueden durar cientos de miles de años. No quiere decir que estén contaminando todo ese tiempo. Pasan a formar parte de unas piscinas donde el agua es suficiente parapeto para que esa radiactividad no contamine”.

Lo que ha sucedido en Garoña es que ha dejado de funcionar su reactor, es decir “ha dejado de suministrar energía a la red eléctrica”. A partir de ahora podría ser que se decida que tiene que desaparecer para lo que hay que extraer ese combustible e introducirlo en la piscina. Después, dependiendo de los que se decida hacer con ella, puede que viva hasta el final de su vida efectiva -o mas allá- o que desaparezca para lo que habría que desmantelarla”.