La mansión donde tuvieron lugar los hechos.

Corría el año 1860 cuando fue construida una mansión llamada Westsura, en Surahammar (Suecia), del que era propietario un próspero artesano. Más tarde, un sacerdote se hizo cargo tanto de la casa como de la granja que la rodea. La convirtió en un centro de rehabilitación de drogodependientes, que es gestionado por una organización llamada Attendo, que atiende también a discapacitados y personas de la tercera edad.

En otoño del pasado año, Attendo firmó un acuerdo con la Junta de Inmigración de Suecia y puso a disposición de ésta la mansión de Westsura para el alojamiento temporal de refugiados. La casa llegó a acoger hasta a un total de 130 solicitantes de asilo, procedentes principalmente de Afganistán, Eritrea, Somalía y, en menor medida, de Irak y Serbia. En diciembre del pasado año había tan solo 42 solicitantes de asilo, cifra que se redujo a cinco en enero de 2012. El resto de los solicitantes, por razones desconocidas, no querían permanecer en la casa.

Al ser un lugar de acogida de inmigrantes, la vivienda ha sido un foco permanente de problemas, que obligaron a intervenir a la policía en innumerables ocasiones. Un antiguo solicitante fue arrestado por agredir a los propios miembros del personal. Otro trató de incendiar la mansión histórica. Una solicitante informó también de que había sido asaltada por otra mujer.

Y recientemente ocurrió un nuevo caso.

Un hombre llamado Farouk Grillo, de 27 años de edad y de origen nigeriano, fue acusado de la violación de una menor sueca de 13 años. El hombre había solicitado asilo político y se encontraba en la mansión de Westsura desde hacía dos meses.

En la noche del 9 al 10 de junio violó a la niña de 13 años en una de las duchas de la mansión.

Las pruebas revelaron que el hombre había dejado semen en la vagina de la niña. La pequeña, vinculada familiarmente a uno de los  los trabajadores suecos del centro, ofreció una descripción pavorosa del suceso.

Durante el juicio celebrado la pasada semana, el abogado de la niña, Jacob Asp, señaló que el caso era uno de los más estremecedores que había conocido nunca y detalló los terrobles sufrimientos de la pequeña mientras era violada por el depredador sexual.

Farouk fue sentenciado hoy a tres años de prisión. Al término de su condena será deportado a Nigeria, con la prohibición de solicitar asilo en Suecia durante un plazo mínimo de 10 años. La sentencia coincide con otras que, sin embargo, no evitaron que los acusados permanecieran en el país al cumplir sus breves penas de cárcel.

Ulrik Åshuvud, Jefe de Unidad de la División de Migración en Västerås, era el hombre más feliz del mundo durante la inauguración del centro en diciembre del año pasado. Hoy dice no serlo tanto.

Ulrik fue conciso en sus declaraciones, y entre otras cosas, dijo que Farouk Grillo no había demostrado ningún signo de enfermedad mental o de comportamiento violento.