Uno de los más prominentes reformadores académicos de Turquía, Kemal Guruz, fue arrestado y encarcelado ayer. La medida fue condenada por activistas de derechos humanos y algunos científicos turcos, quienes dicen que es parte de una intimidación sistemática de los académicos que se oponen a la creciente influencia del Islam en la política del país.

Guruz es bien conocido como un defensor enérgico de la laicidad en la educación y la ciencia, y esta es la segunda vez en tres años que ha sido detenido. Él es un ingeniero químico retirado y ex-presidente tanto de la turca de Consejo de Educación Superior (YÖK) y de la ciencia-financiación agencia de TÜBITAK.

Los cargos exactos contra Guruz aún no se han hecho públicos, pero están relacionados con la investigación desde el 28 de febrero.

En 1997, el ejército dio una serie de ultimátums al gobierno turco para revertir la tendencia política que se consideraban una amenaza a la laicidad constitucional del país.

El gobierno se vio forzado a salir más tarde ese año, dando como resultado, entre otras cosas, la aplicación rigurosa de la prohibición del uso del velo islámico en las universidades. La prohibición se ha relajado ligeramente por el gobierno islámico de Recep Tayyip Erdogan, que asumió el cargo en 2003.

La investigación de 28 de febrero puso en marcha por el gobierno de Erdogan trata de identificar aquellos que pueden haber actuado ilegalmente para promover el derrocamiento de del gobierno en 1997, que había sido el primero en tener una agenda pro-islámico desde la creación del estado moderno turco en 1923. La investigación ya ha visto la detención de un gran número de personas, la mayoría de ellos militares.

Los fiscales afirman que en 1997, Guruz era presidente de YÖK y ayudó a los militares a preparar textos y reglas que fueron los ultimátums que propusieron al gobierno, proporcionando información acerca de la orientación religiosa de los rectores de las universidades turcas. Celal Sengor, un geólogo de la Universidad Técnica de Estambul, cree que los cargos son inventados. “Kemal Guruz luchó valientemente contra la penetración islamista en las universidades, y resistió todos los intentos de reducir los niveles de educación en Turquía”, dice. “Ahora se está haciendo para pagar por esto”.

Guruz dijo a los periodistas turcos que no había “hecho nada ilegal”. Gareth Jenkins, un experto en la política turca con sede en Estambul, dice que él no ve ninguna razón para que Guruz sea encarcelado a la espera de una acusación formal, porque Guruz es un hombre que tiene muy pocas posibilidades de huir o destruir pruebas. “El proceso de 28 de febrero se está saliendo de control”, dice Jenkins.

Guruz fue arrestado por última vez en 2009, junto con algunos académicos, al menos una docena, y se le acusó de pertenencia a una organización en contra del gobierno supuestamente clandestina llamada Ergenekon, cuya existencia no ha sido probada, pero que el actual gobierno cree que ha representado un golpe militar reciente, ese caso está todavía en curso.

Felton Earls, un investigador social de la salud en la Harvard Medical School en Boston y el representante de los EE.UU. de la Red Internacional de Derechos Humanos de las Academias y sociedades científicas, dice que la detención de Guruz aumenta las preocupaciones de la red por la erosión “persistente de los valores académicos, la libertad de expresión , y el pensamiento independiente a través de interrogatorios, detenciones e intimidaciones de los académicos e intelectuales en Turquía. El comité ejecutivo de la red “condena el trato claramente injusto de este eminente colega, cuya honestidad e integridad son irreprochables”.

“Teniendo en cuenta su reputación, la edad y la salud, de inmediato debe ser puesto en libertad”, añade Earls, “al igual que los otros académicos injustamente detenidos, hasta que el poder judicial turco es capaz de darles un juicio que cumpla con los estándares reconocidos internacionalmente por la justicia.”