Las cuentas pendientes ante Francia
Francia permanece invicta ante España en partidos oficiales (eliminatorias y fases finales de grandes torneos), una racha que la Roja, campeona de Europa y mundial, espera romper el sábado en su enfrentamiento en los cuartos de final de la Eurocopa-2012 en Donetsk. El balance global es favorable a España (13 victorias, 11 derrotas y 6 empates), desde su triunfo 4-0 en la primera confrontación, en abril de 1922 en Burdeos, pero cuando se restan los resultados de los partidos amistosos, todo cambia con los partidos oficiales.
Ahí el balance es de cinco victorias para los franceses y un empate. Cero triunfos para la Roja. Dos Francia-España destacan en el historial de encuentros oficiales entre ambos equipos.
El primero, en 1984, fue el que dio a los Bleus su primer título internacional, en la final de la Eurocopa en París (2-0), en un partido en el Parque de los Príncipes marcada por un gran error de Luis Miguel Arconada a disparo de Michel Platini. El segundo partido memorable fue en el Mundial-2006 y marcó el ‘Renacimiento’ del equipo de Zinedine Zidane, tras una primera fase muy mediocre.
David Villa abrió el marcador de penal, pero Franck Ribery, Patrick Vieira y el propio ‘Zizou’ respondieron y remontaron (3-1). Luego el equipo entonces dirigido por Raymond Domenech alcanzó la final y cayó allí, en los penales, ante Italia. Desde entonces, la Roja ha ganado las dos confrontaciones en partidos amistosos: 1-0 en febrero de 2008 en Málaga y sobre todo la exhibición de marzo de 2010 en el Stade de France de la periferia de París (2-0), con tantos de Villa y Sergio Ramos.
Después de su duelo de los cuartos de la Eurocopa-2012, franceses y españoles tienen otras dos citas seguras en su calendario, ya que están en el mismo grupo en las eliminatorias para el Mundial-2014. Se medirán el 16 de octubre en suelo español y el 26 de marzo de 2013 en territorio francés.
La final de 1984
Dos años después del sonado fracaso en el Mundial en el que ejerció como anfitriona, España se presentó en la Eurocopa de Francia con un equipo renovado a las órdenes de Miguel Muñoz. En su segunda etapa en el banquillo español, el veterano técnico consiguió lavar la imagen de la selección y devolver la ilusión a una afición que volvió a sentirse orgullosa de los suyos. El subcampeonato fue el merecido premio para un grupo de futbolistas comprometido que sólo falló en el partido decisivo ante el poderoso combinado francés. Ahora al mando del fútbol europeo desde los despachos de la UEFA, Michael Platini exhibió ya entonces sus dotes de mando y liderazgo en la medular para llevar a la gloria a la última selección que ha conseguido conquistar el torneo como organizadora. Desde 1984, otros seis países han pinchado en el intento.
España había sacado a última hora el billete para aquella Eurocopa después de escribir una de las gestas más heroicas de la selección desde el gol de Marcelino en 1964. La histórica goleada a Malta en Sevilla (12-1) en el último encuentro de la fase clasificatoria condujo a una cita en la que hubo ausencias sobresalientes. Potencias como Inglaterra, Italia, Holanda y el entonces combinado de la URSS no llegaron ni a hacer las maletas.
En fase de renovación tras el varapalo mundialista de 1982, los españoles se embarcaron en la aventura gala sin ninguna presión y se fueron creciendo a medida que avanzaba el campeonato después de un inicio sembrado de dudas. Dos empates ante Rumanía y Portugal pusieron a la selección de nuevo al borde del abismo, pero en el duelo decisivo Antonio Maceda cambio de rol para convertirse en salvador. Un gol in extremis del defensa ante Alemania (1-0) dio el pase a las semifinales, donde el central repitió como héroe improvisado ante Dinamarca.
Después de que los daneses inauguraran el marcador, Maceda volvió a aparecer para forzar la prórroga (1-1), aunque el pase a la final se conseguiría en la tanda de penaltis. Históricos como Camacho, Gordillo, Santillana, Señor o Carrasco, entre otros, formaban parte de aquel grupo que llevó a España a la primera final desde que en 1964 levantara la Eurocopa en el Bernabéu. Pero el gran protagonista, para lo bueno y lo malo, de aquella selección fue su portero, Luis Miguel Arconada.
En entredicho por su vestimenta, el guardameta de las medias blancas fue el único español incluido en el once ideal de aquella Eurocopa, aunque un estrepitoso error en la final abrió el camino para que Francia terminara levantando el trofeo (2-0). Cuando parecía que lo tenía blocado, a Arconada se le escapó el balón por debajo del cuerpo después de que Platini hubiera lanzado una falta inofensiva. Fallo para la memoria histórica de nuestro fútbol comparable al de Julio Cardeñosa en el Mundial de Argentina (1978).
El verdugo de España en aquella desgraciada jugada terminó como gran estrella del campeonato. Elegante con el balón, inteligente en todas sus decisiones sobre el césped, el cerebro francés formó una medular de ensueño junto a Alain Giresse, Jean Tigana y Luis Fernández. Platini se destapó como goleador y terminó la Eurocopa con nueve tantos, una marca que ninguna otra estrella ha podido superar aún en una misma edición.
Hace pocos días un aficionado francés decía con preocupación: “Si seguimos así España nos va a ganar por 5-0.” Espero que su predicción se cumpla.
No hay que fiarse para nada. Estos putos gabachos con España pueden hacer su partidazo de Eurocopa, solo con las ganas que nos tienen por Nadal y Contador vamos, seguro que hasta les llamó el Hollande en los vestuarios y les amenazó con el exilio a todos ellos si no ganaban a España.