Rubén Kaplan.- Hace 5 años, las imágenes publicadas en numerosos medios de comunicación, que mostraban a presuntos rabinos abrazándose en Irán con Mahmoud Ahmadinejad en la conferencia de negación del Holocausto, convocada en Teherán en el 2007, causaron estupor, perplejidad y enojo en la mayoría de la grey hebrea de todo el orbe y extrañeza y confusión entre los que profesan otra fe, que lógicamente no distinguían ni podían diferenciar a esos judíos ultraortodoxos de otros que tienen la misma apariencia y usan vestimenta similar.

Aquellos que se besaban con quien manifiestamente declara constantemente su intención de borrar a Israel del mapa y eliminar a todos los judíos del mundo, son los Neturei Karta, cuyo significado en arameo es Guardianes de la Ciudad, una secta de judíos ultra ortodoxos que tiene pocos miles de adherentes en todo el mundo, la mayoría en Israel, concentrados en Beit Shemesh cerca de Jerusalén y en Meah Shearim vecindario de la capital israelí, y en Bnei Brak pequeña ciudad al este de Tel- Aviv. Estos nefastos personajes, son tolerados democráticamente por el Estado judío que ellos denigran y cuya bandera queman. El resto de esos lunáticos, está diseminado mayormente en Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá. Sus integrantes, cultores de un fanatismo atávico, conciben la existencia de Israel, sólo como consecuencia de la irrupción del Mesías. Se manifiestan exégetas de la Torá y niegan el Estado de Israel y su fundamento sionista. El grupo fue fundado en Jerusalén en 1938, como resultado de una escisión de Agudat Israel establecida en 1912. Su premisa era, y continúa siéndolo, la batalla contra el Sionismo. Esa caterva de vesánicos iluminados, proclama que el mundo debe saber que los sionistas usurparon ilegítimamente el nombre de Israel y que no tienen derecho a hablar en nombre del Pueblo Judío. Resulta sorprendente ésta última afirmación, porque sí pretenden ellos arrogarse ese derecho, que son una ínfima minoría. Naturalmente, la postura de los Neturei Karta, fue y es capitalizada a su favor por los países árabes enemigos de Israel y los antisemitas de siempre, que usufructúan las declaraciones de esos idiotas útiles, insignificantes en número y gravitación, para desplegar su propaganda antijudía.

Son conocidos los vínculos que tenía Neturei Karta con Yassser Arafat. En documentos hallados en los cuarteles de Ramallah durante la Operación Escudo Defensivo en 2002 se reportaron pagos de U$ 55.000 hechos por el líder terrorista por el soporte a su causa, a Moshe Hirsch el fallecido dirigente de la secta en Jerusalén, quien fue a la sazón, “Ministro de Asuntos Judíos” de la Autoridad Palestina.

Dándole la razón al proverbio que dice “De tal palo, tal astilla” el hijo del extinto Moshe Hirsch, el rabino Meir Hirsch, que es asesor de Mahmoud Abbas, superó en locura y deslealtad a su progenitor. Se puede observar en un video editado por el The Middle East Media Research Institute (MEMRI) el 18 de abril pasado, a Meir Hirsch (cuesta denominarlo rabino) celebrar ante una audiencia musulmana que festejaba alborozada, el fallo de una Corte de Gran Bretaña que impidió la deportación del activista radical palestino, jeque Raed Salah del Reino Unido. En su alocución, Hirsch -sonaba como un extremista islámico- dijo “Rezo a Alá para eliminar el régimen sionista de toda la tierra de Palestina”. Continuando con sus repugnantes necedades, agregó: “Nosotros declaramos: Fin del terrorismo Sionista! Que termine la cruel ocupación. Creemos que la final y justa solución, que ponga fin al ciclo de sangre y lograr la estabilidad y la paz para musulmanes y judíos, es restituir el mando a una sola Palestina en toda la tierra, para todos sus residentes, con Al- Quds (Jerusalén) como capital. Antes de la ocupación sionista, los judíos y los árabes vivieron en paz y seguridad bajo dominio musulmán por siglos”.

El detestable rabino omitió recordar por ejemplo que en Hebron, el 23 de agosto de 1929, 19 años antes de la creación del Estado de Israel, se inició un pogromo durante el Mandato Británico de Palestina, perpetrado por una masa de árabes armados de bastones y cuchillos que se agruparon para asesinar a los judíos de Jerusalén y sus alrededores, para desde allí, extenderse al resto del territorio. Un día antes de la matanza, el líder palestino y Gran Mufti de Jerusalén, Amin Al-Husayni incitó abiertamente a los árabes de Palestina a salir a matar judíos, lo que efectivamente sucedió después de la plegaria de los viernes. Tampoco hizo mención Hirsch al infame impuesto (jizya) que como registra la historia, tenían que pagar judíos y cristianos para vivir como súbditos en los países musulmanes.

El despreciable Meir Hirsch, quien en el balcón de su casa en el barrio Mea Shearim de Jerusalén, tiene desplegado un cartel escrito en inglés y con un párrafo en árabe, que dice “El sionismo es el Holocausto de la Nación judía, los judíos no son sionistas, los sionistas no son judíos”, terminó su discurso en hebreo renegando de su propio Dios al decir “rogamos a Alá que el triunfo de nuestro jeque querido Raed Salah traiga finalmente el fin del cruel apoderamiento sionista de Palestina de modo que restauraremos paz, calma, la fraternidad, la compasión, la justicia, y la integridad entre todos los seres humanos, de modo que adoren a Alá juntos, de lado a lado. Allah Akbar, Allah Akbar( Dios es grande). Inshallah (con la voluntad de Alá).

Las últimas frases de Hirsch fueron dichas en árabe y respondidas entusiastamente por los concurrentes. Es oportuno señalar que la expresión Allah Akbar, es dicha por los terroristas islámicos, antes de perpetrar atentados suicidas, que tienen casi siempre como destinatarios y víctimas a judíos, a los que Neturei Karta, pretende descaradamente representar.