Navidad, el camino hacia Dios
Se supone que estos son días de tregua y esas cosas que tanto nos ofenden se meten en conserva a la espera de que pase la Navidad. Visto lo atrayente de la fórmula, me pregunto por qué entonces no será siempre Navidad.
Es tiempo de buen talante, pero también de acercarnos a la génesis de la celebración, que no es otra que el nacimiento de Dios hecho hombre. Estos días, millones de estrellas personificadas en todos los hogares de España se abren al Dios que se revela, y el hecho de que dejen atrás por unos días ofensas y agravios y se hable de paz, de familia y de concordia, ya nos anuncia que el hombre lleva ese plasma de fraternización, nacido de Dios.
Cuando muchos se han instalado en la convicción de que el Cristianismo ha tocado fondo, no hago sino hallar nuevas y refrescantes referencias de que hoy su vigencia es más necesaria que nunca. Sin la base del materialismo científico ni de los movimientos filosóficos decimonónicos que relegaron a la Iglesia al papel de mero comparsa en lo que se nos anunció como el advenimiento de tiempos nuevos para un hombre nuevo, no habrían existido los regímenes totalitarios del siglo XX y Austwich sería posiblemente hoy un lugar remoto de Polonia ignorado por todos.
Si la respuesta sobre el origen fuera la casualidad y el azar, como defiende la Educación para la Ciudadanía, habría que aceptar que lo racional es fruto de lo irracional y la medida de todas las cosas sería la evolución, la lucha por la supervivencia, la victoria del más adaptado: en el fondo, un ethos cruel, sin esperanza. No habría más razón, producto de la irracionalidad, que el dominio del más fuerte y el imperio de la mentira, de la rapiña y del miedo. Pero, si en el principio estaba la razón, la voluntad, el amor, o sea, una Persona, afirma Benedicto: “entonces, el inexorable poder de los elementos materiales” –a lo que se reduciría todo si no fuera así– “ya no es la última instancia; ya no somos esclavos del universo y de sus leyes, ahora somos libres”.
Con todos sus errores, lo que diferencia a la Iglesia de quienes quieren suplantarla es que toca los temas más agudos sin caer en la fácil tentación de la manipulación, sin confusión de intereses ni cálculo alguno, con un respeto cabal del papel de cada uno de los actores de la sociedad civil, sin búsqueda ideológica de chivos expiatorios para justificar, desde fuera, las aberraciones de dentro; con apego a la trilogía del examen de conciencia, del dolor de los pecados y del propósito de enmienda, de propios y extraños, todo en un marco aleccionador de objetividad y lucidez, pero, a la vez, impregnado en un mensaje de esperanza, sin concesiones, donde la figura de Jesús –histórico y divino– está tallada conforme a las mejores enseñanzas de la Iglesia y no de la teología de la liberación o el anuncio de repúblicas socialistas…
La Iglesia tiene hoy más que nunca la gigante misión de evitar el caos al que nos conducen muchos políticos de la vieja Europa, con apego a la verdad, sin proclamar aquello de “haced lo que digo y no lo que hago”, invitando a las soluciones concretas, a la libertad, la justicia y la solidaridad. Desde que se impuso como moda y como norma no escrita sustituir a Dios de nuestros hogares, de nuestras calles, de nuestros colegios, de nuestros parlamentos, no hay crisis institucional que haya dejado de afectar al Parlamento, al Ejecutivo y al poder Judicial. ¿Somos más felices? ¿Han desaparecido las grandes pandemias del siglo XX? ¿Será por la función transformadora y redentora del Cristianismo por lo que tanto se afanaron nazis y comunistas en suplantar la idea de Dios, evidentemente sin conseguirlo? ¿Por qué los nazis congeniaron con la idea del Dios mahometano y no con la del Dios hecho Hombre cuyo Advenimiento al mundo festejamos estos días?
La Navidad disipa las tinieblas de la esclavitud y nos recuerda a esa Persona, ese Niño que nació hace siglos y nos trajo la esperanza: “Cuando ya nadie me escucha, Dios todavía me escucha. Cuando ya no puedo hablar con ninguno ni invocar a nadie, siempre puedo hablar con Dios. Si ya no hay nadie que pueda ayudarme –cuando se trata de una necesidad o de una expectativa que supera la capacidad humana de esperar–, Él puede ayudarme” (Spe Salvi, n. 32 ). Es un Dios todopoderoso que se hace un recién nacido para que nos acerquemos con confianza y juguemos con Él; se hace hombre para solidarizarse con nuestra debilidad –se “compadece”– y se deja clavar en una cruz para comprarnos con el precio de su Sangre.
Al menos nos queda la esperanza de que durante unos días, y con todas sus desviaciones, una cierta idea de Dios se cuela por las rendijas de nuestras vidas, hasta de los que se proclaman ateos. Cada felicitación navideña nos señala un camino recto. Los mensajes navideños inspiran y, sin disociar, convocan, con los brazos abiertos, a la grey, sedienta de Dios y no de ideologías viciadas por el hombre.
Navidad es nuestro mismisimo corazon en perfecta armonia con nuestra mente e inteligencia, para hacer y decir el bien sin mirar a quien;que tu mano izquierda no sepa lo que da tu mano derecha VIVA ESPAÑA
Yo le doy gracias a la Navidad porqué este año me ha permitido recuperar a dos amigos que creía perdidos.
Sr. Armando Robles ojalá podamos contar durante mucho tiempo con sus articulos y sus noticias. Le animamos a seguir con esta labor de informar diciendo a las cosas por su nombre y que no se venda usted por un plato de lentejas como han hecho muchos de sus colegas de este país. Cada vez somos más los que lo seguimos y necesitamos de su labor. GRACIAS !!!!!
¿El odio que usted predica y fomenta desde estas páginas es compatible con su Dios y el mensaje cristiano? Es usted un hipócrita de tomo y lomo, Robles.
En las páginas de este magnífico periódico digital no he encontrado ni un solo artículo en el que se predique o fomente el odio.
Señor Adolf H., lo que dice usted de esta web me parece se cuela veinte pueblos, las noticias que da el señor Robles, no es fomentar ninguna clase de odio, y no tiene nada que ver con Dios, si para usted, odio significa decir las cosas por su nombre, entonces el problema lo tiene usted y nadie más.
Al menos él, nos tiene al día de todo lo que pasa en este país, cosa que no hace nadie más, y no nos engaña, como usted acaba de pretender hacer creer a la gente que lee su prensa.
En estas páginas sólo se cuenta la verdad de lo cotidiano, la verdad que otros no quieren contar. Digales usted hipocritas a todos estos politicos y periodistas que tienen o pretenden tener a la sociedad idiotizada para que no vea en que lio estamos metidos por culpa de las gestiones nefastas que han hecho muchos elementos del mundo de la politica. Antes de dirigirse usted al Sr. Robles de la única manera que parece saber, debe usted lavarse la boca con lejía. Si no le gusta saber la verdad y prefiere ser del rebaño, haganos un favor, no lea este… Leer más »
Oiga señor mio, la boca con lejía se la tiene que lavar usted. Yo me puedo dirigir al señor Robles de la manera que a mi parece, creo que a usted no le tengo que pedir de que forma lo tengo que hacer, es más aqui el único que se ha pasado ha sido usted, por eso mi respuesta a su comentario, y si no le gusta ya sabe lo que tiene que hacer, lo mismo que me ha dicho a mi, no lea el periódico, todos sabemos muy bien lo que están haciendo los políticos, y las noticias que… Leer más »
Se ha confundido usted señora mía. Yo contesto al impostor de arriba que ha intentado suplantarme el nombre poniendo Adolf H.
FELIZ NAVIDAD ARMANDO.