Una mujer adoptada agradece a su madre biológica que rechazara abortarla y dijera «sí a la vida»
En su columna del diario Crónica el obispo de Gualeguaychú (Argentina), monseñor Jorge Eduardo Lozano, reprodujo el testimonio de Alejandra Benedetti Rébora, una mujer adoptada que agradece a su madre biológica por no haber abortado y «decir sí a la vida».
«Aun en su juventud, tal vez plagada de miedos, de sombras y soledades, eligió no abortar, eligió decir sí a la vida. Me dio la posibilidad de vivir, de escribir mi propia historia en la cual no puedo no nombrar a Dios, a Ése que me amó desde siempre y que a lo largo de mi vida me lo fue diciendo de mil maneras», señala el testimonio de Benedetti.
Al tiempo de destacar el don de la vida, también agradeció a su padre biológico, «aunque nunca supe de él, también fue instrumento para que hoy pueda escribir esto», pero, sobre todo, a sus padres adoptivos, porque «estaban pensados para mí».
«Seres especiales sí los hay. Cuando los miro, los pienso -hoy papá me acompaña desde el cielo- no dejo de admirarme una y mil veces y confirmar: ¡ellos sí que aman la vida!» Asimismo, consideró que «los hijos adoptivos y los padres adoptivos deberíamos hablar más, pronunciar más lo que hemos vivido. Esos padres que aprendieron a amar la vida, vida que les es confiada en sus manos para hacer crecer como hijos propios, porque así nos sentimos, porque lo somos. Si hasta a veces nos dicen que nos parecemos».
«Sé que mis padres adoptivos -mis padres- son esa familia que me enseñó lo que hoy soy, que me enseñó a amar y respetar la vida, a defenderla y vivirla del mejor modo: amando».
«Vida que no es solo mía –añadió- porque es también de ellos y de tantos que están en mi corazón, escrita por Dios mismo, de quien sin cansarme diré que escribe y ha escrito mi propia historia de salvación».
Finalmente, Mons. Lozano cerró su columna diciendo: «Al leer esta historia de Alejandra, me surge en el corazón el deseo urgente de dar gracias a Dios. Y coincido con ella en que se habla poco en casa, la escuela, el trabajo y los medios de comunicación sobre ser hijo adoptivo o papás adoptivos».
«Te propongo charlar con algunos amigos o vecinos acerca de la adopción. Gesto que plenifica el amor, lo reparte y lo irradia», concluyó.
Este es el tipo de historias que desde el mismo poder se deberían de fomentar y promocionar en los medios (la cultura de la vida)