Guillermo Fernández Vara, ex presidente de Extremadura, gastó medio millón de euros en acondicionar la vivienda oficial del jefe del Ejecutivo regional, situada en Mérida, y que ahora ocupa José Antonio Monago. Las obras comenzaron en 2007 y duraron los cuatro años que estuvo Vara al frente del Gobierno autonómico, según informa ‘El Mundo’.

La remodelación de la vivienda oficial del presidente de Extremadura, de acuerdo con el diario, incluyó “demoliciones, albañilería, revestimiento, fontanería, climatización y compra de equipamientos y mobiliario para la renovación de cuartos de baño (bañera, lavabo, inodoro y bidé, todo de porcelana), compra de máquinas de climatización, instalación de armarios empotrados, puertas o remodelación de suelos, con la instalación de 145 m2 de tarima flotante”.

Desglosando las cantidades, 285.145,91 euros se destinaron a tirar tabiques para mejorar el aprovechamiento del espacio, mientras que 29.487,03 euros se gastaron en trabajos de carpintería. Además, debido a las características de la obra, se tuvo que llevar a cabo una excavación arqueológica para evitar que pudiera afectar a posibles restos romanos, lo cual añadió otros 58.629,03 euros a la factura. A esas cantidades, también hay que sumar los 8.534,15 euros por la instalación de la tarima; el montaje de cuatro armarios, uno de los cuales costó 3.500,86 euros; cuatro lavabos de porcelana, por valor de 1.864,80 euros, o la instalación de una puerta automática por 2.230,02 euros. Por su parte, la restauración y pintura de la fachada posterior costó 8.472 euros.

Ninguna de las obras, por otro lado, fue sacada a concurso público. Según ‘El Mundo’, el interventor de la Junta de Extremadura emitió un informe poco favorable al pago de las primeras facturas, emitidas por la empresa ‘José y Margarita’, con sede en Plasencia y que realizó gran parte de los trabajos. La primera de estas facturas se emitió en julio de 2007, un mes después de que Vara se hiciera con la presidencia, por un importe de 29.499,94 euros y bajo el objeto “reforma parcial en la residencia oficial”, sin especificar más.

Además, las facturas no se visaban a través de Presidencia, sino a través del Servicio Extremeño de Salud, perteneciente a la Consejería de Sanidad y Dependencia, cuyo titular fue el propio Vara, antes de llegar a la presidencia. El interventor ya advirtió de las irregularidades cometidas en el proceso de contratación “porque no se aporta aprobación del gasto ni presupuesto de la obra firmado por un técnico de la Administración o por encargo de ésta”. Agrega también que “habiéndose contabilizado para el mismo edificio y el mismo contratista, debiera justificarse en el expediente la imposibilidad de licitar ambas obras conjuntamente”.

El informe del interventor fue contestado por el secretario general de la Junta, que justificó los trabajos en que “la simultaneidad de realización de dichos trabajos por distintas empresas podría estorbar la rápida consecución de los mismos”, así como que “el hecho de que los trabajos se estaban realizando en periodo vacacional y, sobre todo, la urgente necesidad de adecuar la vivienda oficial para su inmediata ocupación no permitieron proceder a la licitación conjunta de ambas obras, porque se pidió “la fiscalización favorable a las mismas”. También se justificaron en el hecho de que no se habían realizado ningún tipo de reformas mientras Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el antecesor de Vara, estuvo en el poder, lo que acentuaba “la necesidad de proceder a las reformas algunas de las dependencias”.