Los centros de menores se están convirtiendo en focos de islamistas radicales
Los centros de menores que acogen a jóvenes musulmanes se están convirtiendo en focos de creación de islamistas, según afirman administraciones como las de Cataluña y Andalucía, dos de las comunidades más afectadas por este fenómeno, en una información recogida por ‘ABC’. Dichas administraciones regionales suelen delegar la gestión de estos centros a fundaciones que son las encargadas de contratar a los educadores y, en muchos casos, a los directores.
Gran parte de los muchachos que suelen acabar en estos centros son marroquíes, menores de edad, que carecen de documentación y que hablan el acento dariya. Todos estos factores, habitualmente, suelen provocar que, a la hora de elegir profesores, primen más la nacionalidad y el dominio del dariya que las titulaciones. El problema es que los monitores y profesores contratados suelen buscar al nuevo personal en ambientes islamistas frecuentados por ellos.
Tanto las administraciones regionales como el Ministerio del Interior ya se han percatado del problema y admiten que muchos de los educadores transmiten mensajes islamistas, aunque no llegan a llamar abiertamente a la ‘yihad’. No obstante, si se ha detectado que algunos de estos jóvenes han acabado uniéndose a los talibanes en Irak y Afganistán.
Un ejemplo de estos centros es ‘Los Molinos’, en Almería. El local fue escenario de una pelea entre jóvenes gitanos y marroquíes, ya que los primeros se quejaban de que los segundos recibían un trato de favor. La dirección optó por dar a los marroquíes el beneficio de la duda.
El de Can Vilana, en Barcelona, también se está convirtiendo en un foco de preocupación. De los 26 muchachos magrebíes que residen en este centro, 24 son originarios de Tánger y muchos de ellos residían en el mismo barrio, con lo que muchos se conocen desde niños. Hablan con los monitores en acento dariya. Uno de ellos, denuncia el Departamento de Acción Social, es Omar El Idrisi y se sabe que adoctrina a los chavales en el integrismo islamista.
A eso hay que sumar el hecho de que cuando alcanzan la mayoría de edad, a los chavales se les contrata para trabajar en establecimientos dirigidos por islamistas, en los que se continua el adiestramiento en el islamismo radical.