¿Joan Alfons o Juan Alfonso? ¿Gilipollas o gilipolles?
La obsesión del catalanismo radical por desterrar el castellano del espacio público y criminalizar su uso oficial alcanza el paroxismo. Como muestra, la polémica entre el equipo de gobierno de Sant Feliu de Guíxols (CiU y PSC) y el principal grupo de la oposición, Tots per Sant Feliu, llega a extremos insospechados. En medio de una situación de caos económico y progresiva islamización, el debate en la localidad se centra en la catalanidad o no del nombre del alcalde, Joan Alfons Albó (CiU), en cuyo DNI sin embargo aparece en su acepción castellana: Juan Alfonso. A partir de ahí, el desatino.
Todo arranca cuando el portavoz de TSF, Carlos Motas, dirigió un correo electrónico a un técnico municipal en el que cuestionaba la legalodad de los documentos oficiales del Ayuntamiento por ir firmados “con el nombre oficial del alcalde y no con con el coloquial”. Todo como consecuencia de que el regidor conserve su nombre castellanizado en el DNI, lo que los ediles de Tots per Sant Feliú han convertido en motivo de chacota.
En vez de ignorar el despropósito propio de políticos descerebrados, el equipo de gobierno nacionalsocialista acusa a los de TSF de “mesetarios” por cuestionar la puridad catalanista de Joan Alfons Albó y Albertí y dirigirse a él como Juan Alfonso.
El equipo de gobierno precisa que el alcalde usa su nombre en catalán “con toda normalidad” y que “no es ilegal firmar en catalán cuando el nombre es la traducción, y no hay lugar a confusión”. Subraya también la obviedad de que todo el mundo pueda catalanizar su nombre “en tarjetas de crédito, documentos oficiales, recetas del médico y muchos otros ámbitos cotidianos”. Asimismo, alerta a “los Pérez, Juanes, Isidro, Dolores o Remedios que no hayan cambiado su nombre en el Registro a que tengan cuidado, ya que los de Tots per Sant Feliu lo utilizarán para llamarlosPedro, Juan, Isidro, Dolores o Remedios, si así consta en el DNI, y tienen que firmar algún documento oficial”. “Cada uno tiene la sensibilidad que tiene, y en la lengua también”. “La manera de hacer de este grupo político nos da pistas de su talante e ideología”, apostillan los mandatarios municipales de CiU y PSC.
Tots per Sant Feliu, sin embargo, insiste y dedica algún reproche al alcalde: “Que el señor alcalde Juan Alfonso Albó, a la edad que tiene, no haya normalizado su nombre en el Registro Civil, poniéndolo en catalán, dice muy poco de su catalanidad, y más si se tiene en cuenta que es militante y cabeza de lista de CiU, que hace bandera de su nacionalismo”. Además, recuerda que Albó firmó un decreto el 28 de julio con el nombre de “Juan Alfonso”.
TSF sostiene asimismo que en los documentos oficiales que registra el alcalde quiere “mantener una corrección administrativa y formal”. Y añade: “De poco sirve no colgar la bandera española en el Ayuntamiento que preside, si después se llama legalmente Juan Alfonso Albó y Albertí”.
En cualquier caso, para estos ‘camisas pardas’ lingüísticos debe ser bastante tranquilizadora la circunstancia de que el término ‘gilipollas’, que cuadraría como anillo al dedo con todos ellos, tenga en ‘gilipolles’ su equivalente semántico en catalán.