El cáncer del PP se llama Pedro Arriola
César Padilla/AD.- Ya tiene don Mariano lo que buscaba. La última encuesta del CIS ha sido un certero puñetazo, el primero, en la mandíbula de cristal del patrón de la planta séptima de Génova. Bien es cierto que la distancia que separa al PP de los socialistas es aún considerable, pero no lo es menos un dato nada menor: que Pérez Rubalcaba haya recortado algo más de tres puntos a Mariano Rajoy en sólo tres meses y que lo supere en todos los terrenos que fueron acotados para los encuestados, desde capacidad de gestión a solvencia moral, ¡nada menos que la solvencia moral del ministro del Faisán y del ‘caso de Juana Chaos’, del escudero felipista cuando los GAL y del muñidor del 13-M…!, debería inducir a los populares a exigir respuestas a su líder en vez de cantarle la palinodia. Eso o verle caer inexorablemente a la lona a la vuelta de dos o tres nuevos sondeos electorales. Rubalcaba tiene algo de lo que Rajoy carece: instinto de ‘killer’. Con ese instinto ha sobrevivido a todo y a todos. No es una pieza que pueda ser cazada con tirachinas. Y eso lo deberían saber Rajoy y su círculo de sorayos. No parece tal.
Desde antes de las elecciones de 2008, este periódico ha cuestionado siempre la capacidad de Rajoy para revertir la terca fascinación de los españoles por la izquierda chusquera. Sólo una aterradora tormenta económica como la que vivimos podía disuadir a los electores de que acaso la marca PSOE no era la mejor garantía para afrontar la recuperación. Rajoy se aplicó fielmente desde entonces a cumplir a rajatabla la conocida ‘doctrina Arriola’ del “mejor no menealla”.
Lo mismo que hizo Aznar en 2000, parapetado esa vez en los efectos corrosivos que la corrupción parecía provocar en la ciudadanía española. A punto estuvo sin embargo de frustrarse el sueño aznarista de desalojar al ex presidente Felipe González de la Moncloa. A escasos 300.000 votos, una suma que incitaría a la risa si se desconoce lo mucho que dio de sí aquel trienio de 1997 a 2000: más de diez altos cargos vinculados al partido socialista encarcelados por casos de corrupción, entre ellos dos ex ministros y Mariano Rubio, ex gobernador del Banco de España; el ex director general de la Guardia Civil, en busca y captura; la cúpula del Ministerio del Interior, acusada de saquear los fondos reservados del Estado; la de Defensa, investigada por espiar a decenas de españoles con fines partidistas. Y para aderezar el pastel, un paro del 24% en el contexto de una crisis sin precedentes, que impedía a España asomarse a ninguna de las condiciones para ingresar en la Europa de la moneda única.
En medio de tan dantescas circunstancias sociales, económicas y políticas, el líder de la oposición tendría que haber sido percibido con aureola mesiánica. Pero no. De nuevo Pedro Arriola, asesor de los presidentes del PP desde los tiempos de mariacastaño, estuvo a punto de revalidar su bien merecida fama de ineficiencia y cenizo que arrastra desde siempre, pese al empecinamiento del partido por mantenerlo a flote de guerras intestinas y debacles electorales. “Este hombre transita por el partido siempre de perfil”, llegó a decir el exdiputado extremeño Luis Ramallo en uno de esos frecuentes arranques de sinceridad que le convirtieron en un personaje casi mítico para muchos populares de base.
Como le ocurrió a Aznar, Rajoy está hoy preso de las decisiones de Arriola, encaminadas supuestamente a un triunfo del PP en las elecciones. Los sondeos del CIS apuntan a que, una vez más, la estrategia del arúspice de Génova puede ser la ruta más corta para el desastre, si no lo es ya que el PSOE haya recuperado a parte de su electorado y que los ánimos vuelvan a subir caldeados en Ferraz. “¿Qué coño ha pasado, Pedro, qué coño ha pasado?”, le espetaba un Aznar desencajado desde el balcón de Génova la misma noche en que el tan anunciado dulzor de la victoria estuvo a punto de convertirse en acíbar mortal para el PP. Pasó que Aznar puso la estrategia electoral en sus manos, y eso casi siempre es sinónimo de fracaso si esas manos son las de Pedro Arriola.
El sucesor a dedo de Aznar sigue la misma senda suicida del expresidente. Su inacción, su alarmante falta de carisma y la percepción creciente de un Rajoy en estado contemplativo frente a un Rubalcaba presente en todos los frentes y buscando apoyos hasta debajo de las piedras, lo mismo entre la cochambre del 15-M que entre los tuiteros, han hecho aparecer las primeras grietas en el optimismo de quienes hasta ayer daban por segura la victoria sin necesidad luego de ir al peluquero. “¡Hay partido!”, sostiene Rubalcaba entre el clamor de los más jóvenes. ¡Y tanto! Con Pedro Arriola en el otro equipo, cualquier escenario de juego que elija terminará beneficiando a los socialistas.
¿Quién es Pedro Arriola?
Nos servimos de un artículo del periodista Graciano Palomo, contundente y preciso, para conocer mejor al personaje. Fue escrito y publicado poco antes del congreso de los populares en Valencia, poco después de la derrota electoral de 2008. “La letra impresa en forma de artículos y libros no me dejará por mentiroso. Llevo desde 1990 describiendo a determinados personajes que desde la sombra y la penumbra, además de llenar sus odres particulares de vil metal, han sido, son y posiblemente serán, letales para los intereses del Partido Popular, del que llevan lustros sirviéndose a título de inventario. Dicho de otro modo, aprovechándose y aún descarallándose de risa del casi millón de militantes del PP que lo único que dan es esfuerzo y trabajo sin nada a cambio.
Me hace mucha gracia que ahora se descubran urbi et orbi los poderes de un tal Pedro Arriola. Sí, el ex comunista sevillano inseparable en la empresa político/económica de Celia Villalobos. ¿Recuerdan? Aquella variopinta ministra de Sanidad, que resultó ser la chacota nacional con modos y maneras inexportables a la que Aznar tuvo que mandar a casa a pesar de todas las presiones.
Y digo que me choca que se descubra ahora lo de Arriola, porque desde 1990 es uno de los resortes más importantes de la dirección del Partido Popular y, desde la oscuridad del “asesor externo”, una de las personas más influyentes de la cosa.
Rajoy lo heredó al susodicho de Aznar y le ha vuelto a conducir por el desastre. Nunca conseguí saber exactamente a cuánto ascendían sus honorarios, que se dispararon cuando el PP llegó al poder, porque fue contratado por la Endesa de Rodolfo Martín Villa, la Telefónica de Juan Villalonga y la Caja Madrid de Miguel Blesa, además de otras empresas que deseaban congraciarse con el entonces jefe de Gobierno.
Pues bien, Arriola ha sido el personaje clave para que Mariano siga en una triste carrera hacia ninguna parte y en una agonía cruel no sólo para él, sino, y lo que es más importante, para la mitad de España aglutinada alrededor del PP.
La voracidad económica de este sujeto parece no tener límite, como buen ex comunista reconvertido. A él, el futuro de la derecha le tiene sin cuidado; Arriola –”yo soy asesor externo”, suele decir- lo que intenta es mantener sus pesebres con el mayor trigo posible. Tampoco es criticable en sí mismo; lo que sorprende es la estulticia de sus “clientes”, porque ha quedado demostrado que es un sociólogo con una inveterada inclinación hacia el error. El 9-M volvió a quedar demostrado. Tan sólo unos días antes de las últimas elecciones todavía tenía engañado al círculo interior rajoniano: les había dicho que la consulta iba a resultar un paseo militar para el PP. Dicho de otro modo, Mariano, serás presidente.
¡De risa!
Que un personaje de su catadura puede mandar y decidir más que los órganos del partido, que miles de militantes, que centenares de cuadros medios, es algo que tendrá que ser estudiado con detenimiento por los historiadores. Que su despacho sea un centro de poder más decisivo que cualquier planta de Génova 13 es un insulto democrático al esfuerzo inusitado de las bases de la derecha.
Soy partidario de que Esperanza Aguirre, Ruiz-Gallardón y el apuntador de la comedia presenten sus candidaturas ante el XVI Congreso Nacional de Valencia. Es ahí donde se dirimen los conflictos: en las urnas abiertas. Pero tengo para mí que Aguirre está cayendo en el mismo error que en su día su admirado Aznar. Dicho por corto y por derecho: que se deje atrapar por la camarilla que en su día consiguió despeñar a don José María. ¿Quién comanda esa camarilla oscura, interesada y huera? Carlos Aragonés que ya consiguió situar a su mujer en la consejería de Educación de la CAM y otras cosas. Ya se cargaron en su día a Rodrigo Rato. Para estos chicos en polvorosa, Esperanza es su clavo ardiendo. Luego aparece revoloteando por ahí –como siempre- otro personaje que tal baila: Miguel Ángel Cortés…Dicho de otro modo, el clan de Valladolid. ¡Cuidado, doña Espe!
Esta camarilla tan decisiva en el aznarismo, tan millonaria, tan conspiradora es un auténtico cáncer para el PP. ¡Si lo sabré yo, que he probado su medicina!
Si en el PP hubiera una brizna de democracia hace tiempo que no tendrían escaño. Si en el PP hubiera la libertad entre sus cuadros y militantes –como la hay en este periódico para que estos señores o lo que sean y sus deudos me puedan insultar desde el anonimato de un link- a decir lo que se piensa hace tiempo que las faldas de su protector estarían metidas en naftalina”.
Se me olvidó. Estoy de acuerdo en una cosa. No sé qué pinta este Arriola en el PP. Así no vamos a ningún sitio.
¿Quién es César Padilla? ¿De verdad se cree lo que escribe como ZPARO? Por favor, si fueras un poco sensato votarías PP porque el país no puede estar más hundido. Un saludo y que Dios te aclare las ideas …
El Partido Socialista es una maquina engrasada para el poder , no para la DEMOCRACIA.— LOS CIUDADANOS VEMOS UNA NACION, LOS DIPUTADOS OTRA, Y EN EL CASO DEL PSOE, VARIAS. El Psoe es una peligro para la estabilidad de los españoles.
Bien por el articulo y comentario anterior. ¿No os cansa España?.A mi mucho. Y más sus politicos. Este pringao de pasta y mala leche, que es Arriola, la verdulera (con perdón para estos/as profesionales), de la Villalobos, (vergüenza de Málaga, y Andalucia), los opus, los cataplines de la Cospe, la mazurka chulapona de la Espe, las Sorayitas, el panplinas de Camps (menudo pájaro), la Barberá, que va hundir a Valencia, como siga saltando,el Señorito sevillano Arenas, el adonais de perfil, Pons, el insurrecto Trillo….¿sigo?…ah me dejo la COSA, …esto es la alternativa a los suciolistos?. Pobre España sin remedio. Como… Leer más »
Pedro Arriola es masón y se burla de los votantes del PP a los que ha llegado ha calificar de “desgraciaos”. Y sin embargo las sotanas ultraliberales de Intereconomía están encantados con el PP de Arriola y condenan al silencio a partidos católicos como AES, PxC o Familia y Vida. Por otro lado el corruptísimo alcalde de Madrid Alberto Gallarladrón es el preferido de Arriola y Intereconomía tv y la Gaceta le ayudadon a Gallarladrón a revalidar su mayoría absoluta condenando al silencio al partido Regeneración y otros. Julio Ariza y Mario Conde son tan miserables como el propio Pedro… Leer más »