De todos son conocidas las malas artes en política. A ellas recurren los que se sienten impotentes al no ser capaces de convencer limpiamente por su hacer y, temerosos de perder la poltrona ante el avance de otro, echan mano de lo que sea. Lo que sea.

Es el caso de Montserrat Tura, actualmente segunda secretaria de la Mesa del Parlament y anteriormente consejera de Interior y luego de Justicia en los gobiernos tripartitos catalanes, quien no negó el miércoles 25 de mayo que le gustaría suceder a José Montilla en su cargo de primer secretario del PSC.

Tura, otra Leire Pajín por aquello de haberse afiliado al partido socialista a los quince años, es de esas personas que sienten un partido como si fuese un club de fútbol, sin discernir nada, “porque mi familia es socialista de toda la vida”, dijo nada menos que piensa ilegalizar a la Plataforma per Catalunya: “Que la PxC no se pueda ilegalizar, ya lo veremos”.

Rotundas declaraciones de quien no acepta los resultados de las urnas. De alguien que de demócrata no tiene absolutamente nada cuando, al fallar sus enredos y telarañas, los ciudadanos le dicen claramente lo que quieren y por tanto, lo que no. Y cuando ese punto de vista no coincide con el de ellos, montan en cólera y lanzan grandes cantidades de espuma por la boca.

Resulta curioso que la Plataforma per Catalunya sea un partido legalmente registrado desde el año 2003 y que sea ahora, coincidiendo con su imparable avance, cuando esta señora plantee que debe ser ilegalizado.

La casta podrida acaba dando pena por sus pataleos ridículos y patéticos. Pobre gente que creyó mantenerse indefinidamente en la cresta de la ola, haciendo y deshaciendo a su antojo, ve ahora como su castillo de naipes se derrumba inexorablemente ante sus ojos estupefactos y les sale la vena mamporrera: el ir a por todas, usando argumentos manipulados y sobretodo, completamente absurdos.

Es agotador estar rebatiendo constantemente las mentiras de quienes sí deberían ser ilegalizados si nos atenemos a lo que ellos mismos arguyen.
El CAC, otro que tal, pide que la TV3 vete a Anglada. Antes no, ahora, por supuesto. “¡El lobo! ¡Que viene el lobo!”. Son así de infantiloides y así gobiernan de rematadamente mal.

Políticos y entidades que todo lo basan en su poder del momento, en ignorar los derechos de quienes les molestan para sus nada democráticas finalidades, en una espiral de ilegalidades sin fin que estos espécimenes se empeñan en mostrar del revés, intentando que el negativo sea aceptado como positivo.

Son los incapaces de demostrar que hacen un buen trabajo por la sencilla razón de que éste es deplorable con creces.

Son los impotentes ante su debacle y que intentan solucionarla como siempre, mediante el juego sucio de la calumnia y la difamación.

¿Es posible padecer endofobia? (Odio a lo propio) Estamos viendo que sí, porque sólo quien padezca endofobia puede sentir este odio a la Plataforma per Catalunya, una formación que defiende lo propio ante la sistemática destrucción a la que son sometidos nuestra gente, nuestras costumbres, nuestras creencias, nuestra seguridad y nuestra economía.

*Dirigente de Plataforma per Catalunya (PxC) en Hospitalet.