¿Es la crisis un lobo con piel de cordero? Para el sector textil ciertamente lo parece, ya que las inundaciones y las sequías en Australia, el mayor productor mundial de lana, han encarecido en dos veces los precios de la fibra natural en los últimos 12 meses, lo que a su vez amenaza con disparar el precio de los trajes de negocios, vestido estándar de los empresarios y políticos.

Según informa The Financial Times, la semana pasada el precio de un kilo de lana ascendió hasta los 14,85 dólares. El encarecimiento de las materias primas ya repercutió en la industria mundial de la moda: el precio de los trajes de hombre ha aumentado en un 10% y no se descarta la posibilidad de una nueva subida.

Tanto es así, que algunos expertos sugieren que en un futuro próximo volverán a ponerse de moda los trajes “brillantes” hechos de fibras sintéticas debido a los altos costes de lana.

El crecimiento de los precios de los tejidos de lana se ve agravado por el hecho de que en los últimos 85 años se han reducido los volúmenes de producción de esta materia prima. Paralelamente, la demanda mundial de lana sube, especialmente en los países en desarrollo, China en particular, donde cada año se incrementa la demanda de prendas de vestir elaboradas con lana.

En el encarecimiento de la lana también influyen las fuertes subidas de los costes de producción de otras fibras. Así, los precios de algodón se han duplicado en el transcurso de un año hasta alcanzar máximos históricos en el mes de marzo. La demanda de materias sucedáneas más baratas, como el poliéster, también ha contribuido a empujar los precios de lana hacia arriba. A su vez el aumento de precio del poliéster ha tenido un efecto en cadena sobre lana.

Los productores auguran que los precios de la lana se mantendrán elevados, y que a los agricultores les llevará varios años recuperar el sector.