Lejos de disiparse, la crisis de la deuda, que explotó hace un año en la Eurozona, se recrudece. Las cada vez mayores dificultades de Grecia para afrontar sus problemas de pago y el riesgo de que Atenas se vea abocada a una reestructuración ha obligado al estado heleno a anunciar nuevas medidas de austeridad. Esta situación continúa pasando factura al resto de los países periféricos con España e Italia cada vez más contagiados por los problemas helenos. Un escenario que en el caso de la deuda nacional se agrava con la resaca electoral.

El temor a que la victoria del PP en feudos tradicionalmente socialistas termine por aflorar deuda desconocida preocupa a los inversores, que han optado por incrementar la presión sobre los bonos españoles. Los títulos a una década vuelven a rebasar el 5,5% de rentabilidad y el diferencial con el bund alemán, utilizado como referencia en el mercado, se dispara hasta los 250 puntos, acumulando una subida del 17% en las últimas cinco jornadas. Este nivel sitúa la prima de riesgo en máximos desde el pasado mes de enero.

La tensión de la deuda también está pasando factura a la renta variable. La totalidad de las Bolsas europeas ha cerrado la jornada con pérdidas, una situación de la que no ha sido excepción el Ibex 35. El selectivo español, con todos sus valores en negativo, ha terminado la jornada con una caída del 1,41%. Aunque a pesar de las dificultades se ha conseguido mantener los 10.000 puntos. Sin embargo, hay que destacar que estos números rojos han sido más intensos en otros parqués como el de Milán, que ha cedido un 3,32%, París, que ha perdido un 2,1%, o Fráncfort, que se ha dejado un 2%. Esta tendencia bajista también se ha trasladado al otro lado del Atlántico con Wall Street incapaz de remontar.

El euro tampoco es ajeno al actual escenario y parece haber perdido el fuelle que exhibía hace un mes. La moneda comunitaria ha conseguido mantener a duras penas la barrera de los 1,40 dólares tras tocar en varios momentos los 1,39 billetes verdes a los que no caía desde mediados de marzo.

El otro gran damnificado de la sesión de hoy, además de España, ha sido Italia. El viernes la agencia de calificación de riesgos Standar & Poor’s puso bajo revisión la nota de solvencia crediticia del país trasalpino, que actualmente está en A+, por el temor a un contagio. La prima de riesgo se ha encaramado hasta los 180 puntos y la rentabilidad exigida a sus bonos a una década empieza a acercarse peligrosamente al entorno del 5%. Mientras tanto, los países centrales como Alemania se benefician y ven como los intereses por colocar deuda disminuyen.