Carencias constructivas agravaron los estragos del seísmo de Lorca
Las carencias constructivas en edificios más viejos o la dudosa aplicación de normas sismorresistentes pueden haber agravado los estragos producidos por los terremotos de Lorca. Lógicamente, muchos edificios afectados por los seísmos fueron levantados antes de que entraran en vigor las primeras normas sismorresistentes en España, que datan de 1975. No obstante, lo que más sorprende han sido los daños en edificaciones que deberían ser más seguras, por ser más modernas. La gravedad de los efectos ha sido relacionada también con la secuencia de la sacudida sísmica, pues el terremoto no fue muy fuerte (5,2 grados). Edificios ya debilitados tras un seísmo fueron rematados con una réplica de magnitud aún mayor, cuando lo normal es que las réplicas no sean tan importantes.
El gran impacto del terremoto se puede relacionar en primer lugar con el hecho de que “muchísimas estructuras en las zonas sísmicas españolas no fueron proyectadas con normas sismorresistentes”, recuerda Alex Barbat, profesor de estructuras de la UPC y presidente de la Asociación Española de Ingeniería Sísmica. Barbat juzga en parte comprensible este hecho (son edificios hechos “conforme a los criterios de aquel tiempo, mientras que el conocimiento va avanzando”) y cree que la mayor incidencia se da en edificaciones más antiguas, que superaron peor el zarandeo. La normativa antisísmica vigente data del 2002. Antes de 1975 hubo normas contra los terremotos pero “su aplicación es dudosa”, señala Barbat.
Lo que más llama la atención en el suceso son los fallos en edificios nuevos. La normativa en vigor persigue evitar la pérdida de vidas humanas y minimizar los daños materiales. Es decir, que los edificios no se colapsen, que no haya víctimas. En cambio, “construir un edificio para que aguante una magnitud como esta sin sufrir ningún daño sería económicamente inasumible”, precisa David Garcia, vicepresidente de la Associació de Consultors d’Estructures de Cataluña. La normativa sí persigue, no obstante, evitar daños estructurales en edificios singulares, como hospitales, cuarteles de policía u otras edificaciones oficiales. Y esto no se ha conseguido, dice este experto. En uno de los hospitales, el Rafael Méndez, desalojado, se han producido daños estructurales y “eso no debería haber pasado”.
Se han dañado muchas estructuras de mampostería antiguas y han caído cerramientos (fachadas) en bloques de viviendas nuevas de hormigón armado. Eso se ha debido a que los paneles de mampostería no estaban bien atados a las estructuras y cayeron a la calle sobre los coches.
Además, como la réplica fue de mayor magnitud que el primer seísmo, se debilitaron edificios empotrados en el terreno. “Esta secuencia es más dañina para la estructura, que ha podido ser sacudida por el primer terremoto, de forma que el segundo la puede rematar”. El debilitamiento causa fisuras, degradación de la rigidez del edificio e, incluso, deformaciones permanentes que pueden crear edificios inclinados.
¿Y LOS SRES. ARQUITECTOS NO TIENEN NINGUNA RESPONSABILIDAD? O ES QUE ESTO ES UN NEGOCIO DE TODO A CIEN.