No podía pagar la fianza de 600 euros debido a su magra pensión: Un anciano catalán que estaba gravemente enfermo muere en una cárcel de Barcelona por un delito fiscal que cometió hace 16 años
¿Habría recibido mejores cuidados y atenciones de tratarse de un extranjero? Un preso de 73 años falleció la semana pasado en su celda de la prisión de Lledoners, en el Bages (Barcelona), a pesar de encontrarse en mal estado de salud desde hacía meses.
La compañera sentimental del reo Lluís Dalmau Albert denuncia que el reo no fue atendido como debía ni recibió el tratamiento adecuado a pesar de que el médico de la prisión constatase que se encontraba en un alto riesgo de morir, ni cuando los responsables del Hospital Penitenciario de Terrassa le detectaron patologías importantes que afectan a diversos órganos vitales.
Según destapa el diario La Nació Digital, el preso llevaba año y medio en la cárcel para cumplir una condena de seis por un delito fiscal que cometió hacía 17 años. La mala situación económica del reo, que sólo cobraba una pensión de 600 euros, no le permitió pagar la fianza que le habría evitado el encarcelamiento.
Finalmente, Lluís Dalmau falleció “abandonado en su celda”, denuncia su compañera, quien se esmeró en intentar que el preso tuviera una mejor atención por todos los medios, incluso con el envío de cartas a la conselleria de Justicia, que las recibió aunque no atendió su demanda
El artículo 196 de la legislación penitenciaria se refiere a la libertad condicional dels septuagenarios y enfermos terminales, un artículo que sólo se puede aplicar de forma directa a enfermos “muy graves” con impedimentos “incurables”, y establece que “cuando los servicios médicos del Centro consideren que concurren las condiciones para la concesión de la libertad condicional por esta causa, lo pondrán en conocimiento de la Junta de Tratamiento, mediante la elaboración de un informe médico”. El informe del preso reflejaba que tenía patologías importantes, pero su ambigüedad es motivo de denuncia de la familia.
En Cataluña, tratándose de dinero, consideración cero, situación mas que lamentable y luego se quejan de que le llamen peseteros.
Los derechos de los terrorista, son no solo beneficiosos para ellos, si no para el gobierno, ¿pero que les importa los derechos humanos de un anciano?
¿Donde están tantas ONG. que defienden los derechos de ¿? por los que sacan buenas tajadas económicas? Aquí, o eres terrorista o tus derechos son los mismos que los de una rata.
No solo es lamentable, sino indignante.
A los etarras los dejan salir por una simple gripe, incluso por lo que se ha demostrado falso en Rafael Díez Usabiaga, que lleva cinco meses “cuidando de su madre”, la cual apenas lo ha visto una vez al mes durante este tiempo.
Es ya hora de acabar con tanta infamía. Es hora de un profundo cambio político.