Suele ocurrir. En el ocaso de los ciclos históricos se fomenta el hedonismo para compensar la falta de objetivos trascendentes de la sociedad que inexorablemente muere. Ocurrió en la vieja Roma cuando los emperadores promovían pantagruélicos festivales, mientras el imperio agonizaba. De la Roma de Nerón a la España de Zapatero las diferencias se acortan. Pese a la crisis que sufre la población española, el Gobierno socialista ha concedido siete millones de euros a un grupo de cocineros vascos, todos ellos socios fundadores de “Basque Culinari Center Fundazioa”, a través de un Real Decreto repleto de tópicos y lugares comune impulsado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

A millón de euros por cucharón

Entre los cocineros agraciados con el gordo presupuestario del Gobierno se hayan los inevitables Arzac, Arguiñano, Subijana y Berasategui, entre otros. Como se sabe, algunos de estos cocineros han sido investigados por su presunta colaboración económica con la banda terrorista ETA. Sorprende también que, en sus múltiples entrevistas, ninguno de ellos haya informado nunca acerca de las generosísimas subvenciones recibidas.

La insólita subvención a los cocineros vascos, todos ellos millonarios, fue realizada a propuesta del citado Ministerio de Ciencia e Innovación, al considerar que “la alta cocina es un estandarte internacional del desarrollo de la gastronomía, producto de la gran evolución experimentada por los restauradores españoles”. Se agrega que éste sector de restauradores millonarios aúna una excelencia técnico-conceptual que se encuentra en el vértice de la piramide creativa e integra el diseño sensorial y un proceso de elaboración de excelencia en cuanto a los procesos de elaboración basados en la calidad total”.

Fundación

Basque Culinary Center Fundazioa es la fundación constituida en marzo de 2009, cuyo supuesto fin es”la formación y la investigación, la innovación y la transferencia de conocimiento y tecnología en las diferentes áreas de las ciencias gastronómicas, generando procesos de investigación colaborativa entre universidades, centros tecnológicos, empresas y organismos públicos, para desarrollar una red capaz de generar y transferir conocimiento, que pondrá en marcha el proyecto Basque Culinary Center”.

Los objetivos teóricos de la fundación incluyen “generar conocimiento de alto nivel y formación de profesionales cualificados, generar un desarrollo sostenible en cultura gastronómica, educación alimentaria y tendencias de la alimentación, y promover la investigación y transferencia de conocimientos en los profesionales de la alta cocina y los sectores empresariales y del conocimiento relacionados directa e indirectamente con la gastronomía (tecnologías de la alimentación, nutrición, alimentación funcional, editorial, equipamiento agroalimentario, etc.), fomentando a su vez las sinergias entre ellos”. Como socios fundadores, además de la cooperativa Mondragón Unibertsitatea, coinciden una generación de cocineros tan populares como Pedro Subijana, Andoni Luis Aduriz, Juan María Arzak, Martín Berasategui, Eneko Atxa, Hilario Arbelaiz y Karlos Arguiñano.

Fuentes del Gobierno atribuyen las subvenciones a un plan para “la Dinamización de la Economía y el Empleo”, cuya finalidad sería  “financiar actuaciones de inmediata ejecución, en el ámbito de determinados sectores productivos estratégicos, para el desarrollo de proyectos con alto impacto en el mantenimiento y creación de empleo”.