Su secretaria desvela un par de cosas de Zp que nos preocupan bajo la óptica imperante del fundamentalismo de género que Zp nos ha hecho tragar. Nos dice: “Zapatero ha entrado más bien en el síndrome de la madrastra de Blancanieves. Se mira al espejo y se pregunta, o, mejor, afirma directamente, que él es lo mejor que le ha pasado a España en su historia reciente”. Esto es algo que nunca hemos dudado.

Sobre su familia nos dice algo preocupante bajo la óptica fundamentalista de género:

* la vida de Sonsoles “no ha sido fácil”.
—¿Eso no es considerado maltrato machista continuado?
* … en la noche electoral del 14-M lloró al ver … que su marido sería el siguiente presidente del Gobierno, teniendo que asumir sin remedio lo que se le venía encima.
—¿Ese llanto no desvela la intensidad del maltrato machista al que presuntamente puede estar sometida?
* Con su mujer, Sonsoles Espinosa, suele discutir por la educación de sus hijas.
—Como argumentan los jueces y así dicta el fundamentalismo de género, ¿la diferencia de “estilos educativos”, no es motivo para que, por el bien de las menores, se aparte al padre, Zapatero, de la educación de sus hijas?
* Desde que conoció a su marido, su vida no ha sido fácil.
—¿A quién se responsabiliza de la mala vida de Sonsoles?. ¿No es una forma de maltrato seducir a una mujer para que le siga en contra de sus principios vitales hasta el punto de infligirle sufrimiento?

A pesar de haber descubierto con las confidencias de la secretaria de Zp que somos afortunados de tenerlo en el poder, en cuestiones de educación de sus hijas, su potencial futura ex- está un tanto descontenta con la educación de sus hijas. Invitamos al Fiscal General del Estado, en coherencia con los principios fundamentalista de género, a que proceda con las diligencias pertinentes, pues aunque Sonsoles no haya denunciado a Zp, la fiscalía debería proceder de oficio ya que según nos enseña, la propia fiscalía, la mujer a veces no actúa por miedo. ¿No?

Nos conmueve comprobar cómo los jueces de Zp, transmitiéndonos los valores del fundamentalismo de género español, nos dicen a los divorciados que, debido a la diferencia de estilos educativos, los padres españoles no tenemos derecho real, ni a “interferir” en la educación de nuestros hijos, ni a ejercer de padres al imponernos un régimen carcelario de visitas con nuestros propios hijos, eso cuando no te obligan a recogerlo en un punto de encuentro, como si un criminal fueses, o simplemente, te impiden verlos, todo, vulnerando el artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Parece que el fundamentalismo de género sólo se aplica según a quién, y sólo, cuando te divorcian. Antes se castigaba al culpable del divorcio, hombre o mujer, ahora siempre al hombre.

Por cierto, Sonsoles, si lees este artículo y quieres meter a tu futuro ex- en prisión, ya sabes …. lo tienes muy muy fácil. Otros, por mucho menos, se pasan varios años en la cárcel.