Al menos veinte detenidos por el atentado islamista contra una iglesia en Egipto que causó la muerte a 21 cristianos en Nochevieja
Al menos veinte sospechosos han sido detenidos en las últimas horas por el atentado cometido la pasada Nochevieja contra una iglesia en la ciudad egipcia de Alejandría, donde hubo 21 muertos. Fuentes policiales han explicado que se acusa a los arrestados de haber cometido o planeado el ataque, que también causó 79 heridos.
Los arrestos se efectuaron entre ayer y hoy en Alejandría, junto a la costa mediterránea egipcia, han apuntado las fuentes, que no descartan que se produzcan más detenciones. Todavía ningún grupo ha asumido la autoría del atentado, que ocurrió poco después de la medianoche cuando los creyentes salían de la iglesia de Los Dos Santos, en el barrio alejandrino de Sidi Bishr, adonde había acudido un millar de personas para participar en la celebración por el Año Nuevo.
Tampoco se ha confirmado todavía la naturaleza de la explosión, que parece llevar el sello del grupo terrorista Al Qaeda, después de que el Gobierno descartara ayer que se tratara de un coche-bomba, hipótesis apuntada inicialmente y defendida por algunos expertos. Algunos periódicos egipcios señalaban hoy que una organización autodenominada ‘Al Muyahidín’ (guerreros santos) había reclamado la autoría del ataque, pero ese grupo lo negaba en páginas web utilizadas habitualmente por islamistas.
La seguridad se ha reforzado en torno a las iglesias, en cuyos alrededores se ha prohibido aparcar vehículos. Mientras, las manifestaciones de cristianos se han sucedido en distintos puntos de El Cairo y de la provincia sureña de Asiut. Al menos diez manifestantes han resultado heridos esta tarde en enfrentamientos con la policía delante de la sede de la televisión estatal egipcia en la capital, donde centenares de personas protestaban contra el atentado y pidieron juzgar a sus autores.
Enfrentamientos en El Cairo
Según fuentes policiales, los choques empezaron cuando los agentes intentaron evitar la protesta y los manifestantes insistieron en continuar, además de rechazar cualquier llamamiento a la calma hasta que se presente a los culpables ante la Justicia. Algunos de los participantes en la marcha, que había partido del barrio de mayoría cristiana de Shubra, atacaron a los policías con cruces de madera, por lo que los agentes respondieron. Además, decenas de personas se han manifestado delante de la sede del Sindicato de Abogados, en el centro de la capital, mientras que en la avenida de Salah Salem, también en El Cairo, varios cristianos han cortado la calle y se han enfrentado a la policía.
Uno de los principales líderes religiosos musulmanes de Egipto, el jeque de Al Azhar, Ahmed el Tayeb, ha visitado al papa copto, Shenuda III, en la sede del patriarcado en la catedral de Abasiya en la capital para darle el pésame. Antes de esa cita, El Tayeb había condenado el atentado y apuntó en una rueda de prensa que “los enemigos del islam y de los egipcios quieren empujar al país a una guerra sectaria”. El clérigo musulmán, que calificaba el ataque de “raro”, hacía hincapié en que éste “no se puede atribuir ni a un musulmán ni a un egipcio”, y aseguraba que ha sido planeado desde el exterior de Egipto. “El terrorismo está al acecho de todos nosotros”, señaló el jeque, para quien “la unidad entre la cruz y la media luna (símbolos del cristianismo y del islam) se necesita ahora más que nunca”.
Sin embargo, El Tayeb criticó al papa católico Benedicto XVI por su llamamiento de ayer en el que pidió a los responsables de las naciones que actúen contra las persecuciones que sufren los cristianos. El Tayeb dijo no estar de acuerdo con esas palabras, que consideró una “injerencia” en los asuntos internos de Egipto. Tras la reunión con El Tayeb, el papa Shenuda III ha adelantado que oficiará la misa del Gallo de la Navidad copta, que se celebrará la noche del día 6 en la catedral, y ha descartado que se vayan a cancelar los festejos, como ha ocurrido en Irak por la amenaza de atentados contra los cristianos.
El de Nochevieja es el peor ataque contra la comunidad cristiana egipcia, que representa el 10% de la población, y uno de los más graves en la reciente historia de Egipto, escenario de sangrientos atentados perpetrados por integristas islámicos.