El laicismo nos devuelve a las catacumbas
Al Padre Eugenio Mas Lacave, Carmelita de San Fernando (Cádiz), predicador excelso en Málaga y ejemplo de santidad para todos.- En principio siempre les superaremos en algo fundamental: ellos se aferran a la vida y la muerte para nosotros no hace sino sublimar nuestra condición cristiana. Por eso dice bien Josep Anglada cuando nos recuerda que, aún cuando los cristianos podamos perder alguna batalla, a lo largo de la historia nos hemos sobrepuesto una y otra vez a cuantos intentaron reducir nuestra condición humana para igualarla a la de ellos, fuesen éstos sarracenos, jacobinos, laicistas, masones y en general enemigos por instinto de nuestra fe.
Con buen criterio ha venido el Papa a subrayar la gravedad del momento presente para millones de cristianos en todo el mundo, recordándonos que somos el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones. “Muchos sufren cada día ofensas y viven frecuentemente con miedo por su búsqueda de la verdad, su fe en Jesucristo y por su sincero llamamiento a que se reconozca la libertad religiosa. Todo esto no se puede aceptar porque constituye una ofensa a Dios y a la libertad humana”, subraya el Santo Padre en su mensaje para la jornada mundial de la paz.
La cristofobia, sin embargo, no anida sólo en los corazones de los musulmanes. Enemigos de nuestra fe y de nuestra dignidad humana se sientan en los parlamentos de nuestros países, en las altas magistraturas de nuestros estados y en los escalafones más altos de nuestros sistemas partitocráticos. Yo les aseguro que si hubiese en España un millón de católicos dispuestos a vivir y a morir por su fe, se acabarían todos esos experimentos antisociales y antimorales que pretenden limitar de forma arbitraria nuestra razón humana de vida, cultivando en nuestros hijos una visión reductiva de la dignidad humana, oscureciendo y demonizando el papel público de la religión. Al final, el resultado de todos esos experimentos eugenésicos contra nuestra visión cristiana de la vida no está siendo otro que la generación de una sociedad cada día más injusta y encanallada, que no se ajusta a la verdadera naturaleza de las personas; lo que significa despertar a la fiera que todo hombre lleva dentro cuando pretende vivir sin el ideal trascendente que iluminó lo mejor de la creación humana.
He recibido estos últimos días una carta muy alentadora de un lector católico de Palma de Mallorca. Iba acompañada, sin comentario alguno, de una pequeña biografía de santo Tomás de Canterbury, arzobispo de dicha ciudad, quien por predicar la verdad de Cristo, aun en contra de su propio rey, fue deportado por tres veces y finalmente recibió muerte por orden de su soberano. Esto nos hace meditar en la carta que san Pablo escibió a Timoteo predicando la verdad, y en la que profetizó que llegaría un día en que el Evangelio, la palabra de Cristo, no podría predicarse; y que por hacerlo se sufriría persecución. Ese día ha llegado y hoy no se puede hablar ya de la verdad sin riesgo de ser asesinado por el islam y sus incontables cómplices occidentales. Algún día recogerán ellos todo el daño que ha sido sembrado.
Testimonio clave de esta persecución sin cuartel contra los seguidores de Cristo nos lo ofrece la conmemoración de la Toma de Granada este dos de enero. El fiscal superior de Andalucía, Jesús García Calderón, remitió un escrito a la Subdelegación del Gobierno en el que se pedía que la Policía Nacional vigilase e identificase a los que conmemorasen una fecha que exalta sobre todo a los Reyes Católicos, artífices de la reconversión de Granada al cristianismo luego de varios siglos de oscurantismo mahometano. Desconozco el resultado de tan insólita orden. Lo que no ignoro es que se ataca esa fecha de la Toma de Granada porque los Reyes Católicos representan el espíritu de España, y que suele ser en la estrechez y no en la opulencia cuando surgen esas grandes figuras. Nuestra historia está llena de reconfortantes ejemplos.
La cristianofobia- o el laicismo en su versión democrática- envilece y desnaturaliza lo mismo a los pueblos que a los hombres, así pudo llegarse a la monstruosidad de alardear de una gran conquista social que las niñas aborten sin el consentimiento de sus padres. También en el sistema educativo español se pretende cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid, reflejando el gran miedo de la casta a que saliese de su tumba y se encarnase en las nuevas generaciones, que surgiese de nuevo el pueblo recio y viril de Santa Gadea y no el dócil y enfermo de los trepadores de Gran Hermano. Este fue el espíritu de la Cruzada y de todas las guerras ganadas en nombre de Cristo, el despertar de nuestra condición espiritual al servicio de España y de la civilización cristiana que nos alumbra. Sabiendo que habían de morir, prefirieron la muerte gloriosa. Eso nos hizo siempre invencibles frente a los enemigos de siempre, los mismos perros con distinto pelaje.
Más Lacave Eugenio, fue profesor mío. Dejó una estela de bondad y generosidad además de sabiduría que fue inigualable. Nada más y nada menos que en la era José Donoso cuando había filias y fobias por todo un Seminario silenciado en la historia del maltrato. Él supo dirigirnos. Le doy mi gratitud por ser tan buena persona y donde nos instruyó a tantos chicos en épocas difíciles. Gracias Eugenio. Siempre te querremos. Un abrazo, tu alumno José Antonio Pérez García que también te quiso visitar en Málaga pero estabas enfermo en ese momento. Un saludo.
Y los de INTERECONOMÍA televisión toman el pelo a los católicos porque piden el voto para un PP masón y condenan al silencio a partidos católicos como AES, Familia y Vida, CTC, MCE, o PxC.
Llevan al Gato al Agua a pro-abortistas como Antonio Miguel Carmona (profesor de un CEU degenerado), Cristina Alberdi o Raimundo Castro.
O JULIO ARIZA ES GILIPOLLAS O SE RÍE DE LOS CATÓLICOS.