La Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) presentó ayer el Barómetro de Percepción de la Economía Andaluza, en el que se subraya el pesimismo radical que afecta a la sociedad andaluza. Un 81,5 por ciento de los andaluces y un 95,1 por ciento de sus empresarios califican como mala o muy mala la actual economía regional. Por si fuera poco, un 40,2 por ciento de los encuestados y el 33 por ciento de los empresarios creen que la crisis durará por lo menos hasta el 2013.

Fue ayer cuando el director de la Escuela Andaluza de Economía, Manuel Ángel Martín y el director del Instituto de Investigación, Marketing y Comunicación (IMC), Joaquín Agreda, han presentado hoy en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), el VI Barómetro de Percepción de la Economía Andaluza, promovido por la Escuela Andaluza de Economía.

Según los resultados del barómetro, casi el 82 por ciento de la ciudadanía y el 95 por ciento de los empresarios y mandos de las empresas consideran que la Comunidad está mal o muy mal en su situación económica y están de acuerdo en que el gran desplome de la economía está en la creación de empleo y empresas.

Sin embargo, Manuel Ángel Martín indicó que “la sociedad tiene una percepción de mejora, aunque los rescates bancarios en otros países han hecho que vuelva a bajar”. Asimismo, ha calificado de “buena noticia” el hecho de que la economía ya se encuentre en el “punto bajo del valle”, aunque ha lamentado que aún no se esté creando empleo, algo que espera que ocurra en 2011 en sintonía con las tesis oficiales del gobierno socialista de José Antonio Griñán.

Pero lo cierto es que, según la propia encuesta empresarial, el 40,2 por ciento de la ciudadanía andaluza y el 34 por ciento de las empresas estiman que la salida de la crisis se producirá en un mínimo de tres años, esto es, después de 2013, alargando las perspectivas anteriores que apuntaban a uno o dos años.

El estudio revela que los empresarios ven su propia situación peor que las familias, ya que sólo el 11,7 por ciento de los primeros hace una valoración positiva de su situación, frente a un 27,1 por ciento de los ciudadanos. Esta tendencia se mantiene estable desde 2007 en el caso de la población, mientras que se observa un “desplome” de la autovaloración empresarial, que alcanza el 50 por ciento que ve su situación negativa en noviembre 2010 desde el 25 por ciento de junio de 2008.

Por ello, puede decirse que la encuesta deja en evidencia el “optimismo” de la Junta y que descubre que el pesimismo de los ciudadanos va creciendo. Más de la mitad cree que 2011 será peor que 2010.

Casi a la misma hora, la consejera de presidencia de la Junta de Andalucía, Mar Moreno, decía que tenía “la certeza de que el año 2011 será mejor que 2010”, mismo mensaje que Griñán lanzó la semana pasada y que le valió la crítica de un ex alto cargo de Economía de la Junta, Francisco Ferraro.

La reforma como vía de salida

Más del 70% de los ciudadanos y empresas eficaz la rebaja del salario de los miembros del Gobierno en un 15% y de los funcionarios en un 5%, seguidos de la reducción de la ayuda a los países subdesarrollados. La congelación de las pensiones y el aumento del IVA los valoran como medidas «poco eficaces».

El 84% de las empresas y el 82% de la población andaluza encuestados consideran que es «poco o nada necesario» alargar el periodo de cotización para garantizar el futuro del sistema de las pensiones.

Se ve mucho más necesario aumentar las ayudas a las empresas que creen empleo y la reducción del número de ministerios y consejerías y del personal público.

La “arregimentación” del empresariado andaluz se observa en que el 63% de las empresas andaluzas no tiene dudas de que un pacto de Estado en materia de economía entre Gobierno y oposición mejoraría la situación actual, pero tal afirmación sólo es compartida por el 37% de la población. De todos modos, alcanzar ese pacto es «difícil o imposible».

El barómetro ha preguntado también sobre los presupuestos públicos para 2011. En este sentido, el 65% de los empresarios juzga que tienen una influencia alta en la marcha de su negocio, mientras que entre los ciudadanos no pasa del 26%. Curiosamente, la mayoría de ambos colectivos dicen conocer poco o nada sus contenidos, tanto del Estado como de la Junta y ayuntamientos