En tiempos de actrices preocupadas únicamente por su talla y arañar gramos a la báscula, Christina Hendricks, la más sexy del mundo, según la revista norteamericana Esquire, se empeña en desmontar el canon imperante. Es una de las intérpretes de ‘Mad Men’, una serie que se ha convertido en una de las favoritas para la crítica especializada y que también ha calado hondo entre el público estadounidense. En España habrá esperar hasta el 18 de diciembre para poder disfrutar de ella en Canal+.

¿Cómo describiría a Joan, su personaje en ‘Mad Men’?

-Es una mujer ambiciosa que quiere triunfar en su carrera. La veo perfeccionista, orgullosa, tratando de mejorar día a día.

¿Cree que es una mujer adelantada a su tiempo?

-Esa es una de sus mejores cualidades. Mi personaje es fuerte, inteligente, sabe de política y se mueve en su ambiente como un camaleón.

‘Mad Men’ se centra ahora en los años sesenta, ¿qué le gustaría tener en esta época de aquellos tiempos?

-Pienso que estamos mejor en el 2010. Dicho esto quisiera ver el regreso de ciertas formalidades sociales, como que los hombres se levanten cuando una mujer entra en una habitación. Afortunadamente mi pareja se comporta así conmigo.

Las mujeres en los años sesenta marcaban sus curvas. ¿Es un alivio para usted que su personaje represente esa idea?

-La ropa que me toca vestir realza mi figura de una forma sugerente. Recibo muchísima atención positiva por mi voluptuosidad. Me siento muy orgullosa de mi cuerpo.

¿Le inspira la forma en que viste Joan?

-Absolutamente, mira cómo voy yo. Antes de empezar a grabar ‘Mad Men’ jamás habría pensado en ponerme una falda de tubo. Ahora disfruto mucho más con mis curvas, he crecido como mujer gracias a este personaje.

Sin duda Joan utiliza su sensualidad y su sexualidad en su propio beneficio.

-La sexualidad es un arma muy poderosa y no creo que Joan sea excesivamente agresiva con ella. Tiene confianza en sí misma y los hombres responden ante su seguridad.

¿Nos puede confesar sus secretos de belleza?

-Llevo un año trabajando con un preparador personal lo cual es muy divertido porque mi prometido y yo vamos juntos. Entrenamos tres veces a la semana, pero el director de la serie nos ha prohibido hacer demasiado ejercicio porque en los sesenta el músculo no estaba definido y no quiere que tengamos cuerpos esculturales.

A la recepción del público y la crítica se suma que consiguió este año una nominación al Emmy en categoría de mejor actriz dramática de la televisión. ¿Cómo ha cambiado su vida?

En todos los aspectos. Sobre todo en el campo profesional. Por primera vez en mi carrera voy a reuniones con directores, con productores, con gente que está interesada en trabajar conmigo y que yo he admirado desde siempre. Es tremendo el cambio. Sobre todo porque tengo la seguridad de tener trabajo el próximo año. ‘Mad Men’ ha sido un regalo.