Prohibido mear en las calles
Está prohibido orinar en las calles de Málaga. La frase parece de perogrullo, pero en pleno siglo XXI el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento se ha visto superada por la dura imagen que se vive cada fin de semana en el centro, pero también en el entorno de las zonas de ocio en Teatinos y el camino de San Rafael. Cualquiera que se dé una vuelta un sábado podrá observar a decenas de jóvenes haciendo sus necesidades impunemente en esquinas, tapias y hasta portales de viviendas.
Calles por las que, casi al mismo tiempo, grupos de cruceristas y visitantes tratan de pasear, con la manga de una chaqueta delante de la nariz para evitar el olor nauseabundo, lo que no beneficia precisamente a los intereses turísticos de la ciudad.
El departamento que dirige Araceli González acaba de lanzar una campaña de concienciación en Internet, bajo el lema «Si no lo haces en tu casa, ¿por qué lo haces en la calle?» que a buen seguro dará que hablar. El anuncio, que en breve se podrá ver en las páginas web de los medios de comunicación, tiene dos formatos: un ‘banner’ con una animación esquemática, y un spot publicitario, al que se accederá mediante un enlace.
Metáfora de la realidad
Ambos ponen a los usuarios ante la situación de alguien que hiciera pis en una maceta de su salón en lugar de ir al baño, una metáfora de lo que ocurre habitualmente en la vía pública. Los datos no son precisamente optimistas sobre las actitudes cívicas de los malagueños. Según las estadísticas de Medio Ambiente, en lo que va de año un total de 199 personas han sido denunciadas por esta práctica, lo que supone más del doble que en todo 2009.
La concejala explica que desde el Área se ha visto la necesidad de actuar para poner freno a unos comportamientos que generan multitud de quejas por parte de los vecinos afectados, tanto por ruido como por malos olores y daños en las viviendas y el mobiliario de los residentes. «Hay sitios específicos donde la gente acude a hacer sus necesidades y es muy desagradable para las personas que viven cerca», afirma. Tampoco esconde su indignación por el daño a la imagen de la ciudad: «Somos un destino turístico y agrede ver a una persona en ese plan a cualquier hora del día, con una naturalidad pasmosa», critica.
Con todo, Araceli González matiza que la campaña «no es para todos sino para algunos que no se dan cuenta de que estas cosas no se pueden hacer en la calle, por respeto a los demás. Es una llamada de atención sobre acciones que son absolutamente reprobables y que la ordenaza castiga». En este punto, recuerda que la Policía Local ya tiene en cuenta la normativa: «Cualquier día le sorprenden y le van a sancionar».
Críticas de los vecinos
La presidenta de la asociación de vecinos del Centro, María José Soria, asegura que la situación de la movida está empeorando, y se manifiesta en la proliferación de orines, vomiteras y hasta heces en las calles del casco antiguo cada jueves, viernes y sábados. Llega incluso a calificar como «un urinario público» el entorno de Beatas y Tomás de Cózar. «El pasado fin de semana llegué a contar hasta once chicos y chicas meando a la vez, descaradamente. La orina entra por debajo de las puertas; parece normal y nadie lo toma en cuenta», exclama.
La portavoz vecinal denuncia además que ha bajado la presencia de Policía Local en las calles -que tiene un efecto disuasorio- durante los fines de semana, y se muestra escéptica sobre la iniciativa: «Espero que no se quede solo en otra campaña porque estamos hartos de ordenanzas municipales y de leyes cuando luego no tienen los efectivos necesarios para hacerlas cumplir. Se hacen normas y luego se sigue con el mismo ruido, la misma orina, la misma movida. Se incumple toda la normativa».
A su juicio, la única vía para reconducir la situación es una campaña continuada con fuertes sanciones a quienes hagan sus necesidades en las calles.