En busca del caldo perfecto
Juan Luís Sánchez es amante de los buenos caldos desde hace años. Por ello, no se pierde ni una edición de la Feria del Vino y la de la Denominación de Origen que desde ayer y hasta el lunes celebra en Torremolinos su úndecima convocatoria. Su objetivo este año es claro: buscar un producto que sea novedoso para quedar como todo un anfitrión en las cenas que organiza con sus amigos.
Distribuidores y bodegas de vinos nacionales e internacionales, como Cervinco, Bodegas García Hernando Baco Digital o Dimobe ofertan una gran variedad de caldos basados en la calidad de los productos. Muchos son empresas del norte del país, «regiones como Madrid, Barcelona, el País Vasco o Asturias, pero en los últimos años el sur las ventas están aumentando». Así resume la tendencia en el consumo de estos líquidos Alfonso García, cuyo ‘stand’ repite por segundo año con ofertas de exquisito sabor que no tienen porqué sobrepasar los siete euros.
En el mundo de la enología, o al menos para el público entendido, las propuestas clásicas ya están más que afianzadas. Así, muchos bodegueros buscan nuevas combinaciones de sabores que resulten agradables de cara a captar clientes. Mauricio Mengalí representa un conjunto de bodegas argentinas que participan por primera vez en la feria. Su objetivo es más que claro: mostrar al público español los productos que se producen en el país latinoamericano. «Se ha apostado por grandes caldos, ya que cuando alguien prueba un vino, cava o licor de un país, es más fácil que asocie el sabor al país que a la propia marca, y nuestra intención es mostrar lo mejor que existe en Argentina». Con una variedad como ésta, no es de extrañar que a Juan Luís le cueste más de una hora decidirse a la hora de elegir un tinto y un rosado. «Optaré por adquirir uno de producción nacional y el otro importado, a ver si a mis amigos les gusta tanto como a mí», asegura al finalizar la degustación.
Entre las de peculiaridades de los productos argentinos está la producción con uvas malbec en la zona de la Patagonia. «Es una especie procedente de Francia que allí no aporta grandes resultados pero que, al cultivarse en la región más meridional del país tiene un sabor completamente diferente y que al público parece gustarle mucho». Como representante de productos internacionales, reconoce que la incursión en España no es del todo fácil. «Al principio cuesta, porque en este país hay caldos de una calidad muy alta».
Los productos complementarios que tienen que ver con exigenadores, refrigeradores o abridores de botellas apuestan por este encuentro para ampliar su mercado. Así lo admiten desde el stand de Koala, una entidad que en los últimos cinco años ha desarrollado más de 50 nuevos productos que van desde abre botellas, bombas de vacíos o marcadores de lata. «Y los resultados son buenos porque las bodegas están contentas» apunta el representante del curioso ‘stand’.
Algo para acompañar
Y tan importante es un vino como con qué se acompaña. Una buena tapa de jamón, chorizo o queso de cabrales «casan de manera exquisita con los tintos», asegura Luís García. Por ello, en la feria no sólo pueden encontrarse expositores de bodegas o distribuidores, también están a la venta numerosos productos cuyo denominador común es la denominación de origen, como el chivo lechal malagueño o las berenjenas de Almagro.
En la feria se pueden encontrar otras actividades además de la venta. Catas a ciegas y formativas, exhibición y degustación de cócteles o ponencias que tienen que ver con la dieta mediterránea y el II Concurso de Mejor Sumiller Joven. Con esta variada programación, la feria busca abrirse a todo tipo de público, obteniendo al menos los mismos resultados que en la pasada edición, en la que más de 5.000 personas asistieron al Palacio de Ferias de Torremolinos. Aunque hasta el momento la mayoría son profesionales, cada vez más, el ciudadano de a pie entiende de vinos, como buen discípulo de Baco.