Las muertes por ictus en Andalucía casi doblan la media española
El ictus golpea con más fuerza en Andalucía que en otras comunidades españolas. Eso hace que la cifra de muertes por esa patología sea casi el doble que la media del país, según dijo el neurólogo José Maestre, miembro de la Sociedad Española de Neurología. El motivo del aumento de la mortalidad en Andalucía se relaciona con una mayor incidencia (número de casos) y a un peor control de las enfermedades crónicas y de los factores de riesgo (hipertensión, diabetes, colesterol alto y tabaquismo), sin olvidar los factores sociales.
Hoy se celebra el Día Nacional del Ictus, un padecimiento cerebrovascular que afecta a unos mil malagueños cada año, de los que en torno al 10 por ciento fallecen y la mitad sufren secuelas diversas que les afectan en su vida diaria -en un 20% de los casos son graves-.
El jefe del servicio de neurología del Hospital Regional Carlos Haya, Óscar Fernández, explicó ayer a este periódico que existe lo que se denomina cinturón del ictus, que engloba a Andalucía y a parte de Murcia, País Valenciano, Extremadura y Albacete, donde hay más casos de ictus que en el resto de España.
La rapidez en la detección del infarto cerebral es fundamental para salvar la vida del afectado y para que las lesiones posteriores sean más leves. El ictus es la primera causa de fallecimiento en las mujeres y la tercera en los hombres.
La creación de las unidades de ictus -las hay en Sevilla, Granada y Málaga- ha supuesto la reducción de los óbitos y de la gravedad de las secuelas. «Cuanto antes se atienda a los pacientes, el pronóstico es mejor», señaló Óscar Fernández. El jefe del servicio de neurología de Carlos Haya aconsejó que cuando una personas note la aparición de problemas en el habla, dificultades al moverse, déficit visual o pérdida de sensibilidad, llame al 061 o acuda en seguida a un centro sanitario, porque está demostrado que ser atendido en un hospital antes de las tres horas de haber sufrido el ictus disminuye las defunciones. «Lo que nunca hay que hacer es acostarse y pensar que esos síntomas desaparecerán solos, porque puede costar la vida», precisó.
Tratamiento eficaz
El jefe de la unidad de ictus de Carlos Haya, Rafael Bustamante, indicó que a los enfermos se les aplica un tratamiento llamado trombolisis, cuya finalidad es destruir el trombo que impide el riego normal de la sangre y que ha provocado el infarto cerebral. Seguidamente, el paciente es ingresado en la unidad de ictus durante tres días, donde se le hace un seguimiento continuado hora a hora y se le dan cuidados especializados. Esta asistencia logra rebajar las cifras de mortalidad y favorecen que queden menos secuelas.
Uno de los problemas de ese padecimiento cerebral es que en el 20% de los casos se repite al cabo de un año, lo que agrava la situación de la persona que lo sufre y la deja en una situación de mayor dependencia e incapacidad, además de acentuar el riesgo de muerte. Las principales secuelas son afasia (pérdida o trastorno de la capacidad del habla debida a una lesión en las áreas del lenguaje de la corteza cerebral), hemiplejía, dificultad para moverse y pérdida de sensibilidad. La aparición de un infarto cerebral está relacionada con tener la tensión alta (hipertensión), la hipercolesterolemia (colesterol elevado), la diabetes, tomar anticonceptivos orales y el consumo de tabaco y alcohol.