Luis Romero.- “Estoy convencido que, desde el principio, Vox ha estado controlado por el PP. Lo descubrí estando dentro y por eso abandoné el partido”. Son manifestaciones de Argimiro Santos, ex secretario provincial en León de Vox, quien ha alertado acerca el objetivo de esta formación y que a su juicio no es otro que servir a los intereses del PP y cerrar el paso a una “alternativa identitaria y antiglobalista, como las que existen en los países de nuestro entorno”.

Asegura Santos que infiltrados del PP han tenido mucho peso en la dirección nacional de Vox. Y revela un episodio poco conocido que se produjo antes de las elecciones autonómicas gallegas y que apuntalaría su tesis. “Reunido el Comité Ejecutivo Nacional, se decide concurrir a esas elecciones en contra del criterio del entonces vicepresidente primero, que adujo falta de fondos, cuando esas elecciones no le iban a costar un duro al partido. Se acuerda la concurrencia de Vox a los comicios gallegos, con Marian Rey de candidata a la Presidencia de la Xunta. En plena precampaña, Santiago Abascal decide que el partido se retire de los comicios. Coincidió esa decisión con unas manifestaciones de Núñez Feijóo unos días antes, advirtiendo que el puñado de votos que irían a parar a Vox podrían ser decisivos para que la izquierda gobernase Galicia. Yo siempre creí que Abascal alcanzó algún tipo de acuerdo con el PP, a espaldas de la dirección nacional. Ahí comenzaron mis dudas respeto a la fiabilidad del proyecto político que yo lideraba en León”.

“Vox permitió la entrada en el partido de muchos impresentables. En León tuvimos a un auténtico cafre, que incluso tuvo el apoyo de la dirección del partido. Hoy, muchos de ellos han vuelto al redil del PP. Esto significa que eran infiltrados del PP para torpedear a Vox desde dentro, en estrecho consorcio con gente de la dirección nacional”, agregó Argimiro Santos.

Tras insistir en que “muchos dirigentes de Vox están a las órdenes del PP para controlar la disidencia de la derecha e impedir que se consolide y suponga un peligro para el ‘establishment'”, Santos lamentó la “traición” sufrida por dirigentes y afiliados que creyeron en el proyecto de Vox.

“Antes de Vistalegre, Vox tenía dos concejales en León. En numerosas ocasiones tuve que ir a los plenos con una cámara para servir de testigo ante posibles agresiones, tales eran las amenazas que sufrían. Así de comprometidos estábamos en León, hasta que comprendí que Vox fue creado para que en España no tuviésemos un Salvini o una Alternativa para Alemania. Mis dudas quedaron completamente despejadas cuando alguien de la dirección provincial, muy vinculado al CEN, defendió que no nos presentáramos a las generales, para no quitarles votos al PP. Y que en el caso de que nos presentáramos, había que elegir a candidatos de perfil bajo. Yo le dije que no había dado el paso de meterme en política para que ganara las elecciones Mariano Rajoy, al que aborrecía profundamente. Todo eso se lo hice saber al entonces número dos de Vox, pero no sirvió de nada. Así que dije: ‘se acabó la broma’. Y me marché”.

Respecto a los dirigentes nacionales de Vox, Argimiro Santos lamenta la escasa cualificación intelectual de la mayoría, a excepción de Iván Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio. “Abascal es una persona intelectualmente muy mediocre, y que arrastra el lastre de haber vivido muchos años de los chiringuitos del PP. A Ortega Smith lo sacas de tres o cuatro temas, en los que se defiende notablemente, y en el resto es una nulidad. Mariscal es una zoquete y Coello de Portugal es un desastre”.

Argimio Santos cree imperativa la necesidad de que exista un proyecto identitario para España. Lo razona así: “En los próximos diez años, no habrá un asunto más importante para el porvenir de la nación que la cuestión migratoria. El partido que coloque la lucha contra la inmigración en el eje de su discurso y de su estrategia política, se llevará el gato al agua. Es urgente que surja en España un verdadero partido identitario, que defienda la importancia racial en la vertebración de las sociedades. Alguien puede decir que ese espacio ya lo ocupa Vox, y no es cierto. Vox dice en sede parlamentaria lo que muchos españoles queremos  oír, pero luego regala los gobiernos de Madrid, Murcia y Andalucía al PP y a Ciudadanos, para que implementen las mismas políticas migratorias de siempre. La estrategia de Vox es sostener una cosa y hacer la contraria. Quien no sea consciente de que la inmigración es el gran reto al que tendrá que enfrentarse la sociedad española en el futuro, y que solo un verdadero partido identitario sería capaz de aglutinar el creciente descontento ante la llegada masiva de ilegales, entonces es que vive de espaldas a la realidad. Yo espero que ese partido y ese líder surjan pronto, porque en llo nos va la vida a todos”, declaró.