Los mandamientos de Su Majestad El Viti: el primero, amarás al toro sobre todas las cosas
Los mandamientos de Santiago Martín «El Viti» son los mandamientos de un dios del toreo. Y el primero (y el último) es amar al tótem bravo sobre todas las cosas: amar al toro.
Ha tenido que llegar un maestro de 80 años, con la colaboración de la Juventud Taurina de Salamanca -maravilloso el spot-, para protagonizar el vídeo más emotivo de los últimos tiempos. Y no solo con emoción, sino con verdad en cada palabra. Su Majestad es el verbo en la Fiesta. De la templanza de cada frase, escrita de puño y letra; de la pureza de cada gesto, se extrae un mandamiento. Mucho mejor le iría a la tauromaquia si se aplicaran todos.
Desgranamos los diez mandamientos de la ley de El Viti:
1º. Amar al toro sobre todas las cosas.
2º. El toreo es temple.
3º. El toreo es la verdad más absoluta.
4º. Unidad para mantener la esencia de un arte milenario.
5º. Sentir orgullo de nuestras raíces.
6º. No perder la fe.
7º. Sembrar ilusiones.
8º. Libertad para una manifestación cultural.
9º. La tauromaquia es la pasión que nos une.
10º. Amar, amar y amar al toro.
Coda: Gracias, maestro, por engrandecer la Fiesta. Me imagino a José Luis Suárez-Guanes, que tanto y tanto le admiraba, memorizando su «evangelio» y recitándoselo en el cielo a fieles y conversos al toreo.
PALABRA DE EL VITI
«Yo nunca he soñado con toreros, siempre he soñado con toros. Me obsesionaba la manera de torearlos. Ay, qué importante es el toro. Él ha sido el que me ha inspirado en todas mis pasiones. Gracias a él, yo he sido un hombre en todas mis vertientes, físicas y mentales. El toro siempre ha sido un amigo, enemigo nunca jamás. Mi consejo cuando los jóvenes que quieren ser toreros se me acercan siempre es el mismo: amar al toro.
El toreo es temple. El temple se siente en el corazón. Templar es acallar y emocionar. Si cuando un hombre se juega la vida, los de arriba no han sentido un escalofrío en la piel es que allí no se ha templado. Si algo es toreo, es verdad, la más absoluta. Juntos debemos luchar por mantener la esencia de este arte milenario.
Hoy paseo con orgullo por mi ciudad. Ay, Salamanca, cuánto le debo a esta ciudad, a la Fiesta, a la riqueza de su gente. Aquí me siento torero por cada rincón que piso, porque si hay una ciudad torera, esa es nuestra Salamanca. Sentir el fervor taurino del septiembre que ya asoma, los tendidos de la Glorieta llenos de almas que sienten lo que en el ruedo ocurre.
Si pienso en el futuro, solo pido a todos los jóvenes aficionados que no se pierda la fe, que se sigan sembrando ilusiones, siempre apelando a la libertad, pues privar de libertad a una manifestación cultural es desquitarla de su esencia, de su identidad natural.
Yo me siento orgulloso de ser torero, de amar la a Fiesta, y cuando veo la cara de un niño que quiere ser torero siento más orgullo si cabe. A la tauromaquia le debo todo, la tauromaquia es la pasión que nos une».
Si Sr. magnífico. Ha estado Ud, soberbio como siempre Maestro.