Patada en el sacro
Rafael Elías.- Llevaba razón Oscar Wilde cuando decía que mentir es la finalidad adecuada del arte. Decir cosas inciertas. Sólo desde esta premisa se puede llegar a comprender lo ocurrido con el botín de Sijena, último arrebato victimista del discurso indepe. La deliberada confusión entre los poderes ejecutivo y judicial, de apasionada querencia entre los ex-gobernantes de nuestra comunidad, añade ese puntito de tensión que se echaba a faltar en estas semanas posteriores al 155. Demasiada tranquilidad, la cosa no iba bien. Por suerte, ha aparecido un juez oscense dispuesto a echar una mano.
La narración de los hechos confirma la teoría del amigo Wilde. Escuchar en los medios del Ron Pujol Party que la fundadora del Monasterio de Sigena fue “Sança de Castella i de Polònia” (pronúnciese “Sansa”) nos lleva a preguntarnos si la casa Stark de Juego de Tronos no anda involucrada en el tema. Lo de Polonia también tiene su guasa, admitámoslo. Fuera bromas, un Lannister siempre paga sus deudas. Las obras retornan al monasterio.
Yo creo que desde la Gene no se ha gestionado bien el asunto. Más vale un mal acuerdo que un buen pleito. Tal vez una solución hubiese sido compartir, consensuar y no llegar a una situación límite. Quizá acudiendo al asesoramiento de los belgas, bien al letrado de nuestro fugitivo favorito, o bien a Erik, famoso ladrón de arte medieval. Evitar el conflicto. Pactar. Complicada meta cuando lo único que se persigue es la escisión y el “cuanto peor, mejor”. Al arte, que le den. Perdón. Que lo den. Lo verdaderamente importante es eixamplar la base independentista.
Hablando de eixamplar, otra salida –y ésta muy del gusto soberanista- andaría por expandir un pelín más hacia el oeste la Franja de Ponent, para que así Sijena formase parte de los Països Catalans. Está la cosa ahí ahí, va de unos pocos metros. Los del tiempo de TV3 fijo que lo firman. Problema resuelto, Sixena també és casa nostra.
Por otra parte, resulta enternecedor comprobar el alto grado de vocaciones religiosas que ha despertado entre los jóvenes el asunto monacal. En determinados colectivos se ha pasado del “kagüen kristo luego existo” y “la única iglesia que ilumina es la que arde” a la defensa acérrima de la Mare de Déu. Milagro en la ciudad. Asimismo, sorprende lo suyo el súbito interés que muestra la derecha burguesa nacionalista por el arte y la cultura. Igual es que toda esta trama tiene un último trasfondo que se me escapa.
A todo esto, estamos los leridanos bien jodidos. Con razón o sin ella, nos han dado una buena patada en el sacro, el coxis y toda la región circundante. Hagamos como los de Sijena y exijamos la restitución inmediata del Ábside de San Clemente de Tahull, incomprensiblemente ubicado en Barcelona, junto a otros frescos y caraduras, a muchos km de distancia (155 entre Lleida y BCN por la A2, de acuerdo con viamichelin).
Hagámoslo, aunque no sirva de nada.
“Todo arte es completamente inútil”. (Oscar Wilde)
Sí, ciertamente parece “milagroso” que un hatajo de ateos descreídos manifiesten súbitamente tal fervor por el arte sacro.
Lo que resulta increíble es hasta dónde se puede llegar con la manipulación científica, sistemática y prolongada de las mentes débiles. Y aún no hemos visto todo el efecto deletéreo del GRAN ENGAÑO que sólo está empezando a aflorar.