Eslava Galán reivindica las raíces romanas de Andalucía en detrimento de las musulmanas
EM.- Juan Eslava Galán asume sin ningún problema una frase que pronuncia en su último libro uno de sus protagonistas: «Lo que les debemos a los moros se ha exagerado notablemente», dice Donoso, un personaje que guarda bastante parecido físico con el escritor jiennense. Sobre él descarga el propio Eslava Galán mucha de las cosas que piensa, y las suelta en ‘Ciudades de la Bética'(Fundación Lara), un ensayo que reivindica las raíces romanas de Andalucía en detrimento de las musulmanas. «Está perfectamente comprobado que descendemos de los cristianos del norte, no tenemos sangre musulmana», sentencia el autor.
A su juicio, la creencia de que la mayor herencia de la que bebe Andalucía es la musulmana se inicia con la llegada de los primeros viajeros románticos, «que, como saben que para encontrar las raíces romanas les bastaba con ir a Italia, vienen buscando la huella de Oriente». «Lo de los musulmanes es un tópico que hemos aceptado estúpidamente, y encima hemos hecho que se convierta en una imagen de Andalucía», aseveró.
Además, el autor no se muerde la lengua, y señala a Blas Infante como uno de los encargados de propagar de forma errónea lo que hoy se sigue entendiendo como una certeza: «El padre de la patria andaluza cayó en ridiculeces como la de vestirse de moro, recorrió Marruecos buscando el pasado andalusí y se extasiaba cuando veía allí algo parecido a la Alhambra, porque desconocía que la Alhambra es una creación exportada de Al-Andalus a Marruecos, y no al revés».
A la hora de justificar lo que él entiende como un predominio de las raíces romanas que sigue vigente, el escritor aseguró que «Andalucía llegó a ser la región más culturizada del Imperio Romano, y por eso hay que intentar que tenga una continuidad». «Aquí nacieron dos de las cuatro grandes figuras romanas, Adriano y Trajano, y filósofos como Séneca o tratadistas como Columela», recalcó Eslava Galán.
Asimismo, el autor explicó que uno de los grandes motivos, por los que ha escrito este libro, es que en aquella época el territorio andaluz era muy parecido al de ahora, «ya que sólo quedaría fuera un trozo de Almería, y dentro había una parte de la provincia de Badajoz».
En esta línea, Eslava Galán reiteró que este libro está escrito con el convencimiento de que «lo primero siempre será mirar al futuro, aunque no se deben perder de vista las raíces». De ahí que haya intentado que el relato de su acercamiento a los vestigios arqueológicos de aquel período se haya materializado de la forma más divertida posible, porque no quiere «dar el coñazo con la historia». «Creo que el secreto para que la historia llegue a la gente está en contar las cosas que ocurrieron hace 2.000 años como si hubieran ocurrido ayer y, viceversa, contar lo que ocurrió ayer como si hubieran pasado 2.000 años; al menos, es lo que suelo hacer cuando escribo de la antigüedad o de la historia reciente», apostilló.
Al oírle, no extraña los saltos que, con absoluta naturalidad, se producen del pasado al presente en esta narración que parte del reencuentro de dos viejos amigos, ya jubilados y aficionados a la arqueología, que se deciden a recorrer las antiguas ciudades de la Bética, sin renunciar al placer de sus tabernas o prostíbulos, en busca de la confirmación de lo viva que sigue Roma en numerosas costumbres.
Así, en este itinerario por lo que queda de Itálica, Ronda la Vieja, Carmona, Écija o Linares, lo mismo se emplean latinajos que se le llama ‘Guarralquivir’ al río. O, incluso, los protagonistas se disponen a montarse en una cuádriga cuando, en realidad, están subiendo al Ford Fiesta blanco en el que hacen este viaje que abraza presente y pasado.
La morería fue expulsada de la mayoría de los territorios españoles conforme se fueron conquistando y se fueron repoblando con gente del norte. E incluso del norte de Europa. Sobre todo Andalucía. De sangre mora bien poca pueden tener ya que todos los moriscos prefirieron irse al norte de África a pastar cabras y la mayoría perecieron por hambre y miseria. Ya está bien de complejos y de la milonga de la sangre mora. Tenemos la misma cantidad de esa mierda en las venas que pueda tener un habitante de los fiordos noruegos. En general tenemos una piel algo más… Leer más »
Excelente comentario.
que yo sepa no les debemos nada a esa gente. solo problemas, miseria y porqueria
ANDALUCÍA ES MORA,no hay más que ver que durante 30 años han VOTADO A LA MISERIA MORA SOCIALISTA!!
Realmente, eres un flipado… No dices más estuideces porque no entrenas!
Antes de que los Vándalos regresaran con el Islam ya existía un Reino Visigodo y desde tiempos muy remotos existía lo que unos llamaban el “país de las Hespérides” y otros simplemente Hispaniae.
La imagem falsa es dada por los viajeros romanticos,especialmente ingleses del siglo XIX,que recorrieron la España posterior a la revolucion francesa y a la guerra de la independencia,unos gañanes,drogotas y borrachos,como por ejemplo el sarasa de lord Byron y otros,siempre con vision sesgada,analfabeta y antiespañola.
Luego Blas Infante y otros debiles mentales,anglofilos,simplemente siguieron esa falsa y antiespañola estela.
compañero agarrate que esta es fuerte,, el desastre de blas infante ( socialista, bujarra, se llama a si mismo el padre de los andaluces,jodelo, ademas de ser un poeta de lo mas pesimo.o sea un gandul. y ademas se convierte al islam, tubo suerte ,si los moros se enteran que es bujarra le hubieran dado una manta de ostias que lo abrian puesto a caldo, ) saludos