Bent Falbert.- Suecia está a punto de convertirse en una nación grande. El número de habitantes ha alcanzado la cifra de 9,5 millones, con un crecimiento de 500.000 habitantes en estos últimos siete años. De ellos, casi 400.000 se debe a la inmigración, especialmente de los somalíes, afganos e iraquíes.

La explosión demográfica continúa. Es decir, un nuevo veredicto judicial sueco ha dictaminado que la reunificación familiar se facilitará de forma significativa. Hasta ahora, las autoridades podrían rechazar a los extranjeros que no tenían documentación; sin embargo, el nuevo veredicto prohíbe esto, al considerar que la documentación de estos extranjeros es dificil de conseguir en sus países de origen.

A menudo, las personas interesadas en materia de asilo envían primero a los niños sin acompañante a Suecia. Si son menores de 18 años, son elegidos para obtener la nacionalidad sueca. Las autoridades tratan de resolver estos fraudes, aunque no sabe como hacerlo.

Las autoridades tienen que creer en las historias contadas por los jóvenes refugiados y confiar en la veracidad de sus palabras por no tener otros recursos a mano.

Cada uno de estos jóvenes cuesta a las instituciones unas 5000 coronas (568 euros) por día.

Los municipios cobran los gastos al Gobierno. A cambio no pueden oponerse a estas políticas de asilo. El siguiente paso es que los familiares de estos niños, la mayoría de ellos de Somalia, consigan la reunificación familiar en Suecia.

Estas reuniones familiares se espera que aumenten en más de 15.000 por año, lo que elevaría el número total de entre 50.000 a 60.000 personas cada año. Y todo esto a expensas de los contribuyentes suecos, que siguen pagando.

Se prevé que en 2012, la comida, el alojamiento y la gestión burocrática del asilo ascenderá a 1.076 euros en el 2012 por cada caso.

Los beneficios sociales que ofrece el estado sueco actúan como un imán para miles de personas que, en otras parten del mundo, quieren mejorar sus condiciones de vida. La mayoría de los solitantes de asilo son familias con numerosos miembros, lo que agrava más el problema.

La afluencia total de solicitantes de asilo se cree que ascenderá a cerca de 90.000 personas por año. Incluso esa cifra puede ser superada, ya que la noticia de que obtener la nacionalidad sueca es relativamente facil se ha extendido como una mancha de aceite por Somalia y Afganistán. Ni siquiera es necesario trabajar en el país para obtener la nacionalidad. De hecho, casi la mitad de lo que obtienen el asilo no trabajan ni hacen nada provechoso para la comunidad.

Lo que es incomprensible es que la inmigración masiva que sufre Suecia no haya dado lugar a ningún debate en el país. Entre los políticos, se considera racista e inadecuado tratar este tema. Tampoco nadie se atreve a criticar la metamorfosis que está sufriendo Suecia en estos momentos, que relativamente es el país que más inmigrante recibe de toda Europa. Después de todo, hay un montón de espacio en los vastos bosques, dicen algunos.

Medios de comunicación suecos están igualmente dominados por los editores que oprimen y niegan la veracidad a documentos, a sitios web, a la radio o a la televisión cuando se atreven a criticar la política del Gobierno sobre los refugiados y sus consecuencias.

Por suerte, en Dinamarca esto ha cambiado bastante. Al menos allí sí existe un debate sobre las consecuencias de la inmigración para un país que hasta hace poco era modélico.

De acuerdo con Danmarks Statistik, la población ha crecido en 163.000 personas entre 2004 y 2012. Ahora en el país residen unos 5.561.000 daneses, de ellos los inmigrantes tienen una cuota de 445.000 personas, con unos 140.000 descendientes que deben agregarse a la cifra.

Con respecto a los solicitantes de asilo, no estamos ni siquiera cerca de la invasión de Suecia.

Flygtningenavnet, la comisión de refugiados, espera para este año unos 5000 solicitantes de asilo, de los cuales 800  procederán de Somalia, que es la nacionalidad de más rápido crecimiento. Sin embargo, Dinamarca tiene grandes problemas para deshacerse de los solicitantes de asilo cuya solicitud fue rechazada. Cada mes, su número aumenta en 100 solicitantes y tienen que ser acomodados, mientras esperan a ser devueltos a sus países.

Los ciudadanos de Juelsminde descubrieron que todo el Hotel Juelsminde Strand, cerca de la Kattegat, ha sido alquilado a 134 solicitantes de asilo procedentes de Asia, Medio Oriente y de países africanos. Los lugareños han visto a muchos de sus nuevos vecinos, visitando las escuelas o por calles buscando trabajo. Otros centros abrirán en Langeland, Ringsted, Hillerod y en Lolland. Cada mes,un nuevo centro abre sus puertas, pese a que tan sólo 5000 solicitantes viven estos centros.

En Dinamarca también preocupa un reciente fallo judicial del tribunal europeo de derechos humanos. Fue por el caso de dos somalíes que iban a ser expulsados de Gran Bretaña por delincuentes. Alegaron que la vida en Somalia es peligrosa, y que es imposible vivir allí, por lo que se les permitió seguir en el país. Dinamarca cuenta hoy con 17.000 somalís cuya integración resulta imposible.

Como consecuencia de este veredicto, los somalís reciben un nuevo tratamiento a la hora de las solicitudes, lo que ha disparado el número de solicitantes. Lo mismo ocurre con los iraníes y los sirios, que no pueden ser enviados a sus países por las dictaduras que allí sufren.

Entonces, ¿por qué escribo todo esto? Bueno, porque tengo la idea de que incluso si yo mismo no tengo la solución a los problemas de Dinamarca con los solicitantes de asilo, es útil que al menos la gente sepa esto. Nosotros preservamos la libertad de expresión para poder usarla y se debe usar esta libertad para estas cuestiones delicadas.

Ha sido un gran placer mostrar esta situación tan loca en los que los suecos se han metido y que incluso parecen apoyar.

*Ex editor jefe de Ekstra Bladet, un importante periódico danés.