Cuando unos comentarios “machistas” escandalizan más que una felación en el Despacho Oval de la Casa Blanca
Bill Clinton y Liz Hurley, una de sus amantes, en 2005. A. Robles.- Admito que yo también he sucumbido a la libertad de expresar en privado lo que no me sería recomendable hacer en público. Quien no lo haya hecho,...