El patrullero furor… uterino
La “flotilla del Furor” ha llegado a la zona marítima de exclusión de Israel. Una vez allí el Furor ha virado y puesto rumbo al cantón de Cartagena, la ciudad murciana de la que nunca debió haber zarpado. Pero hay un furor que desconocemos si ha desaparecido de entre los navegantes o sigue allí presente haciendo de las suyas.
Me refiero al furor uterino, un término que ha resonado a lo largo de la historia y que viene a referirse a una serie de síntomas físicos y emocionales que han sido atribuidos a la salud reproductiva de las mujeres.
El furor uterino tiene sus raíces en la antigüedad, donde se creía que los problemas de salud en las mujeres estaban relacionados con el útero. Hoy gracias a las militantes de Unidas Podemos y Sumar, sabemos que no es así.
A lo largo de los siglos, este concepto ha evolucionado, pasando de ser visto como un fenómeno casi místico a ser entendido como un conjunto de síntomas físicos y emocionales que pueden estar relacionados con cambios hormonales y psicológicos. Los síntomas del furor uterino pueden variar significativamente entre las mujeres, incluyendo irritabilidad, ansiedad, cambios de humor, y síntomas físicos como calambres. Estos síntomas a menudo se asocian con el ciclo menstrual y pueden impactar en la vida diaria.
Las causas del furor uterino son diversas, incluyendo factores hormonales, psicológicos, políticos y sociales. Está suficientemente demostrado que el furor uterino puede tener un impacto profundo en la salud mental y física de las mujeres. Muchas pueden experimentar dificultades en sus relaciones personales y profesionales debido a estos síntomas.
El tratamiento del furor uterino puede incluir tratamientos médicos, terapias psicológicas, y estrategias de autocuidado. Es vital que las mujeres se sientan empoderadas para buscar ayuda y encontrar lo que mejor funciona para ellas. La histeria es un término médico pseudocientífico del pasado que se utilizaba para atribuir síntomas psicológicos y físicos a las mujeres por disfunciones del útero. Platón definía la histeria como una enfermedad que se atribuía exclusivamente a mujeres y que se consideraba causada por un útero «errante» que se movía por el cuerpo en busca de procreación.
Varias señoras de úteros errantes decidieron ponerse a navegar rumbo a Gaza. Para ello convencieron a un grupo de hombres para que les acompañasen. Días de turismo por el Mare Nostrum, que creen sólo de ellas, justificado todo por la peregrina y falsa justificación de abrir un corredor humanitario,con estelas en la mar, para llevar alimentos y medicinas a la población gazatí. Pedro Sánchez acertó de pleno enviándoles el Furor, toda una indirecta dedicada a sus insufribles socias de gobierno; un barco de la Armada, un patrullero de la Clase Meteoro, diseñado para misiones de vigilancia, escolta y salvamento. Pero todo llega a su fin. La Flotilla Sumud ha confirmado durante la madrugada de este jueves que entre los voluntarios a bordo de las 13 embarcaciones interceptadas por Israel se encuentran 30 nautas de nacionalidad española. El paripé ha terminado como ya estaba previsto. El ridículo internacional se ha confirmado. El Furor viró pasando de una amura a otra al grito de “Ahí os quedáis “.
España tendrá que seguir sufriendo las consecuencias de esta cuadrilla de afectadas por una dolencia de difícil cura, la sinrazón y el empoderamiento vacuo que provocan sus “úteros errantes”.











