Uno de los principales analistas de datos del mundo ha dado la voz de alarma y ha revelado que la industria de seguros ahora está rastreando hasta 5.000 muertes cada semana relacionadas con las «vacunas» de ARNm contra el COVID-19.

La revelación proviene de Edward Dowd, un ex ejecutivo de Wall Street y respetado experto en datos, quien reveló los hallazgos en una entrevista reciente con el podcast Commodity Culture.

Dowd, quien ha estado monitoreando las tendencias en seguros de vida y discapacidad desde el lanzamiento de las vacunas, advirtió que el número de «adultos jóvenes sanos que mueren» se ha disparado a un ritmo sin precedentes.

Las lesiones son entre 10 y 15 veces mayores que antes

Según Dowd, no sólo se están disparando las muertes, sino también las lesiones devastadoras.

«Las lesiones son entre 10 y 15 veces mayores» que los niveles anteriores a 2021, explicó.

Dowd dijo que el grupo demográfico más afectado es el de las personas de entre 30 y 50 años, grupos de edad que anteriormente tenían un riesgo de mortalidad bajo pero que ahora aparecen en los datos de exceso de muertes en toda la industria de seguros.

«Las personas de entre 30 y 50 años están cayendo muertas», dijo Dowd sin rodeos.

Familias silenciadas por el miedo

Igualmente inquietante, señaló Dowd, es que las familias de las víctimas y los heridos están siendo silenciados, no por la ley sino por el miedo.

«Las víctimas temen reacciones negativas o no pueden aceptar que fueron engañadas», explicó, y agregó que los medios corporativos y las plataformas de las grandes tecnológicas están censurando activamente los informes sobre lesiones y muertes relacionadas con las vacunas.

Represión por parte de los medios y la tecnología

Dowd sostiene que la magnitud de la crisis se está ocultando a simple vista:

«Los medios de comunicación y los gigantes tecnológicos suprimen activamente estas historias», advirtió.

La campaña de supresión ha permitido a los funcionarios y a las compañías farmacéuticas seguir impulsando la narrativa de «seguro y eficaz», incluso mientras las compañías de seguros pagan silenciosamente miles de millones de dólares en reclamaciones vinculadas a muertes repentinas, discapacidades y enfermedades de larga duración.

Una crisis demasiado grande para ignorarla

Los hallazgos de Dowd hacen eco de lo que investigadores independientes y médicos de primera línea vienen advirtiendo durante años.

Los principales expertos han estado dando la voz de alarma para advertir al público de que las inyecciones de ARNm han desatado una ola de muertes repentinas y lesiones catastróficas.

Sin embargo, las compañías farmacéuticas y sus aliados en el Congreso y los medios corporativos se niegan a reconocer la devastación.

Ahora que solo en Estados Unidos se registran hasta 5.000 muertes por semana vinculadas a las vacunas, la pregunta ya no es si esto está sucediendo, sino por qué los que están en el poder lo están encubriendo.

Dowd, ex ejecutivo de la firma de inversión más grande del mundo, BlackRock , ha estado haciendo sonar la alarma sobre el aumento de muertes entre las personas vacunadas contra el Covid durante algún tiempo.

Se le considera uno de los principales expertos en datos de Estados Unidos.

Gracias a su análisis experto de los datos de la industria de seguros, Dowd se ha convertido en una figura destacada en las investigaciones sobre el impacto de la campaña mundial de «vacunación» contra el Covid.

Dowd lanzó una advertencia escalofriante en abril después de descubrir evidencia que mostraba que el número de muertes en exceso de estadounidenses en edad laboral se está disparando.

Según una alarmante advertencia de Dowd, los datos de la industria de seguros muestran que el exceso de muertes está aumentando entre las personas de 18 a 64 años.

Estas muertes comenzaron a aumentar exponencialmente después de que las «vacunas» de ARNm contra la COVID-19 se lanzaron al mercado para uso público a principios de 2021.

Sin embargo, las muertes no parecen mostrar signos de desaceleración, a pesar de que la pandemia terminó hace tiempo y las tasas de «vacunación» están disminuyendo.

En enero de 2022, el director ejecutivo de seguros de vida, Scott Davidson, informó que las tasas de mortalidad entre las personas en edad laboral de entre 18 y 64 años «aumentaron un 40 por ciento con respecto a lo que eran antes de la pandemia».

Explicó que un aumento del 40 por ciento en las muertes no tenía precedentes.

Davidson comparó un aumento del 10 por ciento en las muertes con una inundación que ocurre una vez cada 200 años.

Según Dowd, el exceso de muertes ahora está «fuera de escala».

Davidson también señaló que el exceso de muertes que comenzó a aumentar en 2021 fueron muertes no relacionadas con Covid.

Mientras tanto, aquellos que intentan advertir al público sobre los peligros de las «vacunas» están siendo cada vez más criticados.

Como informó recientemente Slay News , un denunciante de la industria farmacéutica ha hablado para alegar que un profesor de renombre mundial, el Dr. Francis Boyle, fue asesinado poco antes de que tuviera que testificar ante un tribunal holandés que las «vacunas» de ARNm de Covid se desarrollaron como «armas biológicas» mortales.

El doctor Boyle, un experto en armas biológicas, escribió la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de 1989, que fue aprobada por el Congreso y convertida en ley estadounidense en 1990 por el presidente H.W. Bush.

Boyle, quien fue uno de los profesores de derecho más destacados del mundo, declaró el año pasado que «todos los involucrados» en promover las vacunas de ARNm contra la COVID-19 entre el público cometieron «crímenes contra la humanidad».

Durante una entrevista el verano pasado, Boyle afirmó que los «Frankenshots» eran parte de un plan para realizar «experimentación médica» en la humanidad.

Advirtió al público que el COVID-19 fue desarrollado en un laboratorio como «un arma biológica ofensiva».

El profesor Boyle argumentó que quienes impulsaron las inyecciones de ARNm «violaron claramente el Código de Núremberg».

Boyle murió inesperadamente en Urbana, Illinois, el 30 de enero de 2025, a la edad de 74 años.

La causa de su muerte nunca fue revelada .