Esto es lo que tiene gobernar con comunistas muy cortitos, filoetarras y cafres independentistas, para los que la obligación de contentarlos, te obliga a gobernar tomando decisiones a trompicones. Esos trompicones que nos dejan en el más espantoso ridículo internacional a todos los españoles de a pie, e incluso a los estómagos agradecidos que volverán a votar a este energúmeno que nos está achicharrando en la polarización más endemoniada, que acabará reventándonos en la cara.

En relación con Israel y su ofensiva en Gaza, dirigentes de la amancebada izquierda, como Yolanda Díaz o Ione Belarra, han pedido públicamente que se excluya a Israel y a sus equipos, de competiciones celebradas en nuestro país. La cuestión que surge es clara: si se pide vetar al Premier Tech israelí de ciclismo, ¿no habría que ser coherentes y extender esa petición también al fútbol vetando en sus compromisos internacionales al Maccabi Tel Aviv y a la selección Israelí?

Que sean valientes y le echen narices a pedir la no participación de España en la Europa Ligae, por participar el Maccabi e incluso ya que son así de coherentes, que se pida no organizar un Mundial de futbol donde participe la selección de Israel.

¿No os podéis meter con otro?, ¿tiene que ser con Israel?

Nos barren de un plumazo. Tienen más peso en la FIFA en la UEFA, en Europa y en el mundo, y además tienen el apoyo del todopoderoso EEUU. Como a Israel se le meta entre ceja y ceja, que el mundial lo celebren Portugal y Marruecos, nos quedamos fuera, y tus votantes dejarán de ser pro-palestinos de la noche a la mañana, ¡tontorrones!

Pedro Sánchez ya no calcula el alcance de nada. La soflama que destino a la chusma imitando aquel «apreteu» de Quim Torra — el otro tonto — la ha liado parda; ha mangoneado todo lo que estaba en su mano, hasta poner en evidencia a la delegación del gobierno y a los cuerpos de seguridad del estado.

Otro desastre más de este loco sin sentido. Estos cafres que violentaron las calles de Madrid, no son pro-palestinos, son herramientas torpes que usa la izquierda, cuando le interesa al presidente que se hable de otras cosas que no sean de las corruptelas que envuelven a la podrida Moncloa en la que vegeta.