El Gobierno de Marruecos ha desautorizado hoy a su ministro de Cultura, Bensalem Himmich, por exigir tanto al Gobierno español como a la Junta de Andalucía la mitad de los beneficios económicos que se obtienen cada año por las visitas turísticas a la Alhambra de Granada. Ante el alcance de la noticia y el posible deterioro de las relaciones bilaterales coincidiendo con las negociaciones para la renovación de algunas ayudas por parte española, la embajada del reino alauita en Madrid ha tenido hoy que matizar las palabras del ministro y atribuirlas a una iniciativa personal que no se correspondería con la postura oficial del ejecutivo marroquí.

Himmich defendió el establecimiento de una sociedad mixta hispano-marroquí que gestione tanto las visitas como la conservación de la ciudad palatina, para lo que puso a disposición de las autoridades españolas a un grupo de expertos de su país en “arquitectura andalusí”.

Asimismo, el ministro del vecino Reino opinó que la participación de su país en la explotación de la Alhambra haría justicia a los promotores de esta gran obra de la arquitectura islámica y serviría asimismo para “abrir puentes de cooperación y amistad entre nuestros dos países”.

Sostuvo incluso que el propio Boabdil (último rey moro de Granada, expulsado por los Reyes Católicos y que pasó sus últimos años de vida en el norte de África) se mostraría de acuerdo con su propuesta para compartir el complejo palaciego granadino. “Los descendientes de Boabdil fueron marroquíes”, sentenció Bensalem Himmich sin demasiado rigor histórico a decir de algunos historiadores que no han podido certificar la existencia de uno sólo de esos supuestos descendientes del rey llorón.

Para Himmich, la Alhambra es “un símbolo de la unión entre dos países hermanados por la historia”. No sólo el ministro sino muchos marroquíes creen que parte del vasto patrimonio cultural de la antigua Al Andalus debería revertir a Marruecos en forma de compensaciones económicas o de otro tipo. Muchos incluso creen que literalmente les pertenece, como es el caso de Nadia Yassín, líder del partido islamista Justicia y Espiritualidad.

Gestiones ante la Unesco

Sobresaltado por la repercusión internacional de la noticia, el ejecutivo alauita ha tenido que desdecir a su ministro de Cultura pese a algunas evidencias que ponen en cuestión que el asunto pueda haberse tratado de una iniciativa ajena a las más altas instancias marroquíes. En este sentido, el gabinete jurídico de Mohamed Ziane, ex ministro de Derechos Humanos con Hassan II y líder del Partido Liberal Marroquí, lleva semanas trabajando en la elaboración de una batería de iniciativas legales para ser presentadas en la Unesco y otros círculos de mediación internacionales de cara a la reversión a Marruecos de una parte de los beneficios que genera el complejo palatino granadino.

El despacho de Ziane ha tramitado ya algunas reclamaciones oficiales de Marruecos ante instituciones internacionales en asuntos sobre todo relacionados con el Sahara Occidental. Ziane es el decano de los abogados de Rabat y se trata de una figura muy próxima al monarca alauita. Está considerado el mejor experto de su país en derecho internacional y ha puesto su firma a la mayoría de las gestiones que condujeron a la liberación de militares marroquíes por parte del Frente Polisario.