Cada vez son más los propietarios que tienen viviendas en alquiler y que no firman un contrato sin que medie un Seguro de impago de alquiler entre los inquilinos y ellos.

Este producto, que ofrece seguridad ante deudas y otras coberturas, existe desde hace años, pero ha sido con la aprobación de la nueva Ley de Vivienda cuando las peticiones de los inversores se han incrementado exponencialmente.

¿A qué se debe este nuevo escenario? Los propietarios lo tienen claro: no se quieren arriesgar a tener un inquilino que no pague durante meses y que destroce la vivienda para tener que hacerse cargo luego de todos los gastos.

Para ello existen estos productos; los seguros de impago no solo actúan cuando el inquilino no abona la renta, sino que incluso ofrecen coberturas adicionales.

Son interesantes cuando hay que hacer limpiezas profundas tras quedar vacía la propiedad, para repintar las paredes e incluso para sustituir muebles, puertas o suelos muy deteriorados por mal uso de los inquilinos.

Además, el seguro de impago también puede incluir una cobertura legal en la que el propietario obtendrá acompañamiento de un abogado en todo el proceso para expulsar los inquilinos indeseados, llegado el momento.

Seguridad por un bajo precio

Estas coberturas son, sin duda, una herramienta que permite a los propietarios vivir tranquilos. Tienen la seguridad de que no perderán ni una mensualidad y de que el seguro hará todo lo posible porque la vivienda esté en condiciones cuando se termine el contrato.

Así, las inversiones realizadas para la compra y el mantenimiento del inmueble tienen sentido y una repercusión real y positiva en el patrimonio de los propietarios.

Y todo ello sin necesidad de hacer un gran gasto. El precio de los seguros de impago se fija conforme a la renta de la propiedad, por lo tanto, el propietario tiene siempre la seguridad de que podrá afrontarlo sin dejar de ganar dinero por el alquiler de su inmueble.

Las inmobiliarias se fortalecen con la gestión integral del alquiler

Este tipo de productos ha tenido también una repercusión muy positiva para las inmobiliarias. Después de que la Ley de Vivienda les impidiera cobrar una mensualidad al inquilino, sus ingresos se vieron mermados.

Esto ha hecho que muchas se actualicen y ofrezcan a los clientes un servicio de gestión integral del alquiler: muchas de estas empresas ya no solo se centran en buscar inquilino, sino que se encargan de todo el contacto con el mismo, de hacer las reparaciones y mantenimientos pertinentes y, cómo no, de asociar un seguro de impagos al inmueble.

De esta manera, el propietario todavía tiene que preocuparse menos aún por su propiedad, ya que esta se gestiona sola, con la seguridad de que seguirá recibiendo las rentas mensuales de manera puntual.

Estas dos herramientas son imprescindibles hoy en día para los propietarios que sienten algo de temor ante la posibilidad de que un inquilino les salga rana. Con un seguro de impagos no hay de qué preocuparse a la hora de hacer este tipo de inversiones inmobiliarias.