Daniel Calle.- El PSOE, en su acuerdo con Junts, abre la puerta a que Cataluña pueda tener representación, a través de selección propia e independiente de España, en competiciones deportivas internacionales.

En su pacto para la investidura de Pedro Sánchez, el PSOE acepta hablar y negociar la posibilidad de que pueda haber una futura selección catalana en cualquier deporte, tal y como aseguró Carles Puigdemont.

En concreto, en el acuerdo firmado por PSOE y Junts este pasado jueves en Bruselas, y en el cuarto punto del apartado en el que «ambas partes tendrán que acordar», se recoge «la ampliación de la participación directa de Catalunya en las instituciones europeas y demás organismos y entidades internacionales, particularmente en los asuntos que tienen especial incidencia en su territorio».

Esto abre así la puerta a que desde el Gobierno de España se fomente, potencie y apruebe que Cataluña pueda tener selección propia en diferentes deportes a nivel internacional, que puede ser desde el fútbol –caso más jugoso y siempre utilizado por el independentismo– a cualquier otro deporte. Y eso es así porque en la parte que se coloca «organismos y entidades internacionales» bien puede entrar UEFA y FIFA, que son los organismos (no instituciones) más importante a nivel continental y mundial.

Por si hubiera dudas en la interpretación del texto, Puigdemont se lo dejó claro al PSOE nada más firmar el pacto: la «estabilidad» del Gobierno de Sánchez queda pendiente de que vaya cumpliendo los acuerdos. Y entre esos acuerdos está el de que haya «las competiciones deportivas internacionales».

«Desde el pacto fiscal al referéndum de autodeterminación; desde el traspaso de Cercanías a la gestión de la inmigración; desde la gestión de los aeropuertos y puertos hasta las competiciones deportivas internacionales», señaló Puigdemont en su rueda de prensa de este jueves como condiciones que el PSOE tiene que ir cumpliendo para ganarse la «estabilidad» de su Gobierno.

A diferencia de otros puntos del acuerdo, donde el PSOE recoge sus «discrepancias estructurales» con Junts pero se abre a negociar todas las exigencias (también el referéndum de autodeterminación), en este punto no se habla de ninguna diferencia: ambas partes están de acuerdo en «la participación directa de Catalunya en las instituciones europeas y demás organismos y entidades internacionales». Se negociará por tanto que esto se lleve a cabo y Puigdemont lo coloca como asunto a acordar antes o después durante la legislatura.

El precedente del PNV

Cabe recordar que hace un año, el Gobierno de Sánchez ya aceptó –dentro de su acuerdo con el PNV– la oficialidad de las selecciones vascas de pelota y surf, dos deportes muy arraigados en esta autonomía española. Sin embargo, en la práctica eso todavía no ha ocurrido e incluso en la federación de pelota vasca hubo un cisma al intentar aplicarlo sin el todavía acuerdo con la federación internacional.

Se colocó entonces una enmienda a la nueva Ley del Deporte que recogía que «las federaciones deportivas autonómicas podrán participar directamente en el ámbito internacional, si la federación internacional correspondiente contempla su participación, en el caso de modalidades o especialidades deportivas con arraigo histórico y social en su respectiva comunidad autónoma».

Como recoge ese texto, para que haya una nueva selección, es decir, para que Cataluña pudiera tener una selección independiente de fútbol (por citar el deporte más seguido y solicitado por el independentismo) tendría que aceptarlo la federación internacional, es decir UEFA y FIFA.

Para entrar en la UEFA, además de que este organismo entienda que puede participar como selección diferente, se requiere que la Federación Catalana se desligue de la Federación Española y que las 55 federaciones nacionales de las que se compone la UEFA aprueben la entrada en una votación.

El caso más reciente de esto es el de Kosovo, aceptado en 2016 con 28 votos a favor, 24 en contra y dos nulos. El anterior es Gibraltar, vetado siempre por España, votado en contra por los miembros UEFA, pero aceptado en 2013 después de una sentencia del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). España al menos pudo vetar un enfrentamiento con Gibraltar, que no se puede dar por prohibición de la UEFA, como ocurriría con Cataluña en el caso de que fructificara lo que ahora acuerda el PSOE con Junts.

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