Me pregunto, Macarena Olona, si no tienes mejor forma de venderme un coche que hablando mal del que me quiere vender otro. No haré caso a la encuesta del CIS que responsabiliza a tu partido del aumento de la crispación política. Y es que sostener que Vox crispa más que los partidos separatistas es sencillamente una infamia, pero no es menos cierto que no te escucho una sola declaración que me induzca a votarte por las cosas buenas que puedas hacer en Andalucía, y no por las cosas malas que ya sabemos que hacen los demás.

Es una pena que una persona de tu talento prefiera pescar en el río revuelto del cisco. A los que tenemos que gestionar nuestros propios recursos sin ayuda de nadie, el ejercicio permanente de la bronca política no nos ayuda a percibirte como lo buena gestora que, dándote el beneficio de la duda, podrías llegar a ser. Si en vez de abundar en lo mal que está todo, nos vendieras, no sé, algún proyecto ilusionante, alguna iniciativa brillante, alguna idea positiva de lo que nos cabe esperar de ti, los resultados serían sin duda mucho mejores.

Frente a un modelo de gestión que presenta las mejores credenciales económicas, que ha sido como una balsa de aceite frente la tempestad que se vive en otras comunidades, que ha convertido la corrupción en algo del pasado, que ofrece estabilidad institucional, que ha puesto fin al clientelismo ideológico de la izquierda, que mantiene más vivas que nunca las tradiciones… lo que tienes que hacer es demostrarnos que contigo al frente de la Junta estaremos incluso mejor. Si en vez de pasarte la campaña hablando de los menas, de las ‘feminazis’, de Puigdemont, de los bilduetarras… te dedicaras a convencer a la gente de Andalucía, y no solo a los ‘hooligan’ de tu partido, de que eres la mejor opción, todos ganaríamos.

Me pregunto que arrastra a una persona brillante a la sobreactuación continua como línea de conducta política. Lo que muchos andaluces acaso esperan de ti es que les digas, convencida, de que contigo en la Presidencia de la Junta, Andalucía será el granero de Europa, el motor de la economía española, la California del sur o que se doblará el número de turistas. Creo sin embargo que no habrá tal. Por eso me pregunto por qué proyectas esa imagen de odiadora que parece corroerte por dentro. Sobre todo porque la vida ha sido muy generosa contigo. Has tenido una existencia principesca. Pocos estudiantes se pasean por el campus universitario como tú lo hacías con un Porsche. Vives en un chalé y cuentas con un gran patrimonio…. ¿con el sueldo de abogada del Estado? Por cierto, no eres la única. Solo en el PP lo son también Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría, Rosario Pablos, Miguel Arias Cañete, Arturo García Tizón y José María Olano, entre otros. A ninguno de ellos se le dio tanto bombo por sus méritos académicos.

En fin, Macarena, espero que interpretes esta carta por el lado constructivo que he pretendido. Sé que no es fácil tener que hacer frente a las elevadas expectativas que la dirección de tu partido, acaso como un dardo envenenado, ha generado en torno a ti. Sabes que no me fío ni mucho ni poco de los que mueven el cotarro en Vox. Han demostrado sobradamente que son menos fiables que Ábalos en un concurso de modelos. Como muestra, la legión de cadáveres que han dejado en las provincias. Por eso me pregunto si lo de mandarte a Andalucía no habrá sido una trampa para tu inmolación política. Si según ellos eres un gran valor, por qué la contradicción de sacrificar a su mejor pieza para que se presente a las elecciones a una institución autonómica en la que dicen no creer. ¿Quién gana liberándose de tu larga sombra en el Congreso? ¿Te sientes satisfecha de que tus expectativas políticas vitales pasen por ser la vicepresidenta de Juanma Moreno, y ello en el mejor de los casos?

En cualquier caso, te deseo suerte y que, al final de la partida, encontremos algún sentido al sacrificio de una reina para salvar el peón.