Dos niños chinos de una escuela de fútbol, durante un entrenamiento

Lleva China casi veinte años sin acudir a una Copa del Mundo –su última participación fue en Japón y Corea 2002–, y aun así parece que la mayor preocupación de las autoridades no es elevar el nivel de su fútbol sino que sus jugadores den el ejemplo deseado por el Gobierno del país. La última orden de los mandatarios veta los tatuajes entre los jugadores de la selección de fútbol, a los que insta a eliminarlos o a cubrirlos mientras formen parte del equipo. Al mismo tiempo, prohíbe la convocatoria para las categorías inferiores de jóvenes y niños que luzcan algún dibujo en su cuerpo, cortando de raíz las ilusiones y los sueños de muchos de ellos.

«A aquellos futbolistas que ya tengan tatuajes se les aconseja que se los hagan borrar y, en caso contrario, deberán estar cubiertos durante los entrenamientos y los partidos del equipo nacional», explicaba un comunicado reciente hecho público por la Administración de Deportes de China.

Una orden que afecta de lleno a muchos de los jugadores de la selección, como Zhang Xizhe o Zhang Linpeng, a los que en ocasiones se ha visto cubrir sus tatuajes con vendajes durante los partidos.

La sociedad conservadora del país ve con malos ojos esta práctica tan habitual en muchas partes del mundo que ha ido ganando adeptos en los últimos años entre los jóvenes de las grandes ciudades chinas. Para frenarla, además de emitir esta orden que podría afectar también a otros deportes, el Gobierno chino tiene previsto llevar a cabo una campaña de educación en los colegios, tratando de adoctrinar a los jóvenes con unos valores más tradicional y alejados de las tendencias que llegan de Occidente.

El nuevo seleccionador, Li Xiaopeng, tendrá que lidiar con esta circunstancia en su primera convocatoria, prevista para dentro de solo unas semanas, cuando China se enfrentará a Japón y Vietnam en la clasificación para el Mundial 2022. Sin opciones ya para estar en la cita catarí, los duelos servirán para formar la base que peleará por llegar a la siguiente Copa del Mundo.

Adoctrinar a los jóvenes

Una base en la que no habrá jóvenes tatuados, pues su presencia en la selección sub-20 y en las categorías inferiores ha quedado expresamente prohibida en la orden ministerial. Así se lo han hecho saber a los responsables de los diferentes equipos nacionales, en un mensaje claro para los jugadores más prometedores del país. Ya no vale solo con jugar bien, sino que para acudir a la selección hay que seguir las directrices del Gobierno.

Fuente: ABC